Puerta a puerta, grupos de asistentes sociales buscan a las familias migrantes separadas injustamente durante la era Trump para brindarles acompañamiento terapéutico
Hay algo que todos ya sabemos y es que los últimos años no han sido nada fáciles para la comunidad migrante en los Estados Unidos. Las políticas anti-inmigración del ex-presidente Donald Trump se han convertido en una pesadilla para muchos de nosotros. Algunas personas debieron enfrentar casos de deportaciones y detenciones injustificadas y también hubo muchas familias migrantes separadas injustamente.
Estas situaciones no han sido gratuitas. Aunque en algunos casos ya se han reunificado, los miembros de estas familias aún continúan sufriendo las consecuencias de los duros momentos que han pasado separados. Es que la angustia y la tristeza de no saber si se volverá a ver a los seres queridos no se quita fácilmente. A veces incluso terminan desatando casos severos de depresión y ansiedad.
Para evitar que esto suceda, diversos grupos de trabajadores y asistentes sociales están realizando un trabajo de gran compromiso social. Su principal objetivo es tratar de conectar a las familias migrantes separadas durante la era Trump con los servicios de salud mental para que puedan recibir apoyo y acompañamiento terapéutico.
Pero no se trata de una tarea sencilla. El trabajo empezó de forma virtual debido a las restricciones sanitarias. Sin embargo, hubo muchas familias migrantes separadas que podrían necesitar la asistencia pero que no pudieron ser contactadas ni por internet ni telefónicamente. Es por eso que se han comenzado a realizar recorridas puerta por puerta tratando de localizarlas. Algunas de las familias se muestran muy agradecidas y aceptan el acompañamiento pero otras todavía tienen miedo y desconfían.
La medida fue ordenada por un juez federal que consideró necesario el apoyo por el “trauma mental severo” que sufrieron las familias migrantes separadas. Junto con otras medidas, como el cierre de los centros de detención y las mejoras en las condiciones de alojamiento de los menores no acompañados, la asistencia terapéutica es otra decisión que apunta a la construcción de un sistema migratorio más humano y tolerante.
Síntomas y traumas que sufren las familias migrantes separadas
Desde el mes pasado, distintos grupos de asistentes sociales van de puerta en puerta tratando de localizar a las familias migrantes separadas que no han podido hallar de manera virtual. El principal objetivo es ofrecerles acompañamiento terapéutico y apoyo para que puedan superar el trauma vivido producto de la separación.
Seneca es una de las organizaciones sin fines de lucro profundamente comprometida con la causa. Tres de sus asistentes sociales, las señoritas Ledesma, Allen y Oyarzabal, explican que en casos como estos el trabajo empieza desde el momento en que se sufre el trauma.
Los síntomas posteriores de la crisis se manifiestan de diferentes formas pero todas ellas generan fuertes cuadros de depresión, ansiedad y angustia. Lo que más pesa es el sentimiento de culpa de padres y madres, no sólo por lo sucedido sino también por la falta de herramientas para hablar con sus hijos sobre ello.
«Se sufre de depresión y ansiedad y eso necesita asistencia terapéutica.» afirmó Oyarzabal.
Para que las personas reconozcan los síntomas y puedan identificarlos, los trabajadores sociales reparten folletos explicativos. Muchas veces incluso los dejan en la vía pública, al alcance de todos en mercados o restaurantes. Su idea es que un comentario casual de un conocido, una pequeña pista o un vistazo rápido al folleto puede impulsar que toda la familia solicite ayuda.
Pero no se termina todo en los folletos. Los asistentes sociales también se presentan a las puertas de los hogares de las familias migrantes separadas, sobre todo de aquellos que no han podido contactar por internet o por teléfono, para informarles sobre los servicios de acompañamiento. “Estamos aquí para ayudarlos” aclaran constantemente. En lo que va de la campaña, Seneca se ha contactado con más de 1.000 familias. Alrededor de 250 han aceptado el acompañamiento ofrecido, incluida la terapia para padres e hijos.
Para los trabajadores sociales se trata de una experiencia muy fuerte que a menudo puede resultar considerablemente estresante. Muchas emociones se ponen en juego y no pueden evitar involucrarse y empatizar con las familias. Sin embargo, a pesar del esfuerzo y del estrés, siguen adelante porque saben que su trabajo tiene consecuencias positivas: cada una de las familias migrantes separadas que ellos ayudan a salir adelante justifica todo el esfuerzo.
“Nos alegra muchísimo ver que las familias migrantes separadas injustamente se volvieron a unir”, confesó Ledesma emocionada. Además, señaló que con cada visita se genera una conexión especial que es muy distinta a la comunicación telefónica o virtual. Las familias visitadas también se emocionan y sobre todo, si logran entrar en confianza, se muestran esperanzadas y aceptan de buen grado el acompañamiento. El caso de Luis es un ejemplo:
“Lo que nos pasó fue muy duro. Pero gracias a las organizaciones y a Dios podemos atravesarlo mejor ” afirmó Luis quien estuvo separado de su hijo durante 44 largos días en 2018.
Como abogados defensores de los derechos inmigrantes, nos alegra muchísimo saber que las familias migrantes separadas injustamente están pudiendo recibir acompañamiento terapéutico profesional. Esperamos que prontamente todos puedan reencontrarse con sus seres queridos y que logren rearmar su vida y sus hogares con amor y tranquilidad.
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