Muchas migrantes denunciaron tratos inhumanos y prácticas médicas no consentidas en el centro de detención de inmigración de Irwin, Georgia.
El Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, anunció en un comunicado oficial que cerrarán un centro de detención de inmigración en el condado de Irwin, Georgia. La medida fue tomada luego de que decenas de mujeres denunciaran que fueron sometidas a prácticas ginecológicas violentas, innecesarias y no informadas. Los principales acusados son LaSalle Corrections, compañía penitenciaria con fines de lucro que administra el lugar y el médico ginecólogo Dr. Mahendra Amin.
Los organismos de derechos humanos y los defensores que han trabajado con las mujeres en Irwin acogieron con agrado la disposición, pero pidieron una mayor responsabilidad por parte del gobierno. Aseguraron que no es admisible que en pleno siglo XXI continúen existiendo instalaciones de este tipo donde se violan severamente los derechos humanos y pidieron por el cierre de todos los otros centros de detención a cargo de ICE que tienen condiciones similares.
A su vez, Mayorkas también anunció que cerrará otro centro de detención de inmigración ubicado en North Dartmouth, Massachusetts. En este caso la medida se debe a que una investigación determinó el uso de fuerza excesiva contra los detenidos durante una protesta por mejores condiciones para enfrentar el Covid-19. Las autoridades abusaron de su poder y se valieron de granadas flash, lanzadores de bolas de pimienta y caninos para disolver la protesta.
En un memorándum dirigido al director interino de ICE, Tae Johnson, Mayorkas dijo: “Permítanme declarar un principio fundamental: no toleraremos el maltrato de personas en detención civil por inmigración o condiciones de detención deficientes”.
Tratos inhumanos, operaciones no consentidas y violencia: cómo era la situación que vivían las mujeres en este centro de detención de inmigración
En el centro de detención de inmigración en Georgia ya había un largo historial de numerosos conflictos por abuso de autoridad y prácticas inhumanas. Sin embargo, la causa definitiva que resultó en su cierre fue la denuncia de prácticas médicas sumamente abusivas realizadas por el ginecólogo Mahendra Amin que trabajaba en la instalación.
El médico fue acusado por muchas mujeres debido a que les realizaba procedimientos violentos, innecesarios y no informados, incluidas histerectomías. Todas ellas coincidieron en que los mismos fueron practicados sin su consentimiento y que en la mayoría de los casos las dejaron peor de lo que estaban.
Entre estos procedimientos se incluyen esterilizaciones forzadas y extirpación de órganos como el útero, los ovarios y las trompas de Falopio. Desgraciadamente, muchas mujeres aún no saben qué se les hizo exactamente.
Como si esto fuera poco, las denunciantes tuvieron que enfrentar procesos de deportación luego de acusar públicamente al ginecólogo y testificar ante investigadores federales sobre su experiencia en el centro de detención de inmigración. Amin, quien ha negado repetidas veces las acusaciones, permanece bajo investigación criminal; LaSalle Corrections aún no ha dado declaraciones al respecto.
Nancy Pelosi, líder demócrata en el Congreso, fue una de las primeras en apoyar la denuncia de las mujeres. Meses atrás había expresado por Twitter que, si las denuncias eran ciertas, significaban un grave abuso contra los derechos humanos.
Organizaciones de derechos humanos celebraron el cierre del centro de detención de inmigración y pidieron que se haga extensivo a otras instalaciones
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), Project South y otras organizaciones civiles y de derechos humanos recibieron con entusiasmo la medida. Naureen Shah, asesora principal de defensa y políticas de la ACLU, dijo que el centro de detención de inmigración del condado de Irwin era ampliamente “conocido por sus condiciones deshumanizadoras y de pesadilla” y que ya era hora de cerrarlo.
A su vez, Shah señaló que anuncios como estos y como la habilitación de ingreso a migrantes vulnerables publicada en días recientes muestran la voluntad de la administración Biden de romper de manera decisiva con un sistema migratorio limitado y abusivo. Sin embargo, resaltaron que aún queda mucho trabajo por hacer ya que todavía continúan funcionando muchos otros centros de detención donde también ha habido denuncias de abuso de autoridad y violencia.
La mayoría de ellos se encuentran en manos de empresas privadas, como LaSalle Corrections, que lucran con estas instituciones y no tienen en consideración la seguridad ni la salud de las personas alojadas. El caso del centro de detención de inmigración de Georgia y el de Massachusetts son solo dos ejemplos entre muchos otros.
Celebramos la decisión de cerrar aquellos sitios donde se daban prácticas abusivas y esperamos que pronto puedan tomarse medidas similares sobre el resto de las instalaciones de detención para que todos los migrantes sean tratados de forma digna y respetuosa.
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