¿Hijos ciudadanos es la salida? La comunidad migrante en Estados Unidos pensaba, y en muchos casos sigue pensando, que tener hijos nacidos en el país es la gran posibilidad para regularizar su estatus migratorio.
Seguramente todos han escuchado con frecuencia que al cumplir los 21 años, los hijos ciudadanos podrían “arreglar los papeles” de sus padres indocumentados.
Sin embargo, con el paso del tiempo, poco a poco, se han dado cuenta que esta posibilidad se ha vuelto cada vez más limitada. ¿Qué cambió? ¿Por qué ahora los hijos ciudadanos ya no pueden ayudar a sus padres a obtener la residencia tan fácilmente como se pensaba antes?
Hijos ciudadanos: los cambios en la ley de inmigración
La confusión sobre este tema de los hijos ciudadanos es común entre la comunidad inmigrante. Cuando muchos migrantes llegaron a Estados Unidos hace dos o tres décadas, se les decía que, al tener hijos nacidos en el país, estos podrían patrocinar la legalización de sus padres una vez alcanzaran la mayoría de edad.
Sin embargo, lo que no muchos saben es que, en 1996, se aprobó una ley que complicó este proceso.
Esta ley, firmada por el presidente Bill Clinton, es un impedimento muy grande: impuso castigos severos a quienes ingresaban al país de manera ilegal. Entró en vigor el 1 de abril de 1997 y estableció que cualquier persona que hubiera permanecido en el país de forma indocumentada por más de 180 días estaría sujeta a un castigo si salía de Estados Unidos.
Este castigo incluye una prohibición de reingreso de tres a diez años, dependiendo del tiempo de permanencia indocumentada. Esto afectó a muchos inmigrantes, quienes ahora se encuentran en una situación compleja: sus hijos ciudadanos pueden solicitarlos, pero al tener que salir del país para completar el trámite, enfrentan un castigo de varios años sin poder regresar.
La ley de los castigos: ¿Cómo afecta a los padres de hijos ciudadanos?
Uno de los mayores obstáculos para los padres indocumentados de hijos ciudadanos es la llamada “ley de los castigos“. Esta ley establece que cualquier persona que haya vivido ilegalmente en Estados Unidos por más de seis meses y salga del país, enfrenta una prohibición automática de reingreso por un periodo de diez años.
Desafortunadamente, los hijos ciudadanos no pueden solicitar un perdón para sus padres en estos casos.
Es importante destacar que la ley fue diseñada para desincentivar la inmigración ilegal. Las autoridades temían que si permitían que los hijos nacidos en Estados Unidos pudieran ayudar a sus padres a obtener la residencia, esto fomentaría más inmigración indocumentada, ya que las personas sabrían que, con el tiempo, sus hijos les ayudarían a regularizar su situación.
¿Por qué no se permite un perdón a través de los hijos?
Cuando se implementó la ley, se establecieron ciertos familiares que podrían solicitar un perdón por la entrada ilegal y la permanencia indocumentada. Entre estos familiares se incluyeron a los cónyuges y a los padres de ciudadanos estadounidenses, pero no a los hijos ciudadanos.
La razón detrás de esta decisión fue clara: las autoridades no querían que las personas usaran a sus hijos nacidos en Estados Unidos como una vía para obtener la residencia legal.
Muchos migrantes cruzaban la frontera y, sin intenciones de quedarse, acababan formando una familia en Estados Unidos. La idea de que los hijos podrían ayudarles a regularizar su situación parecía un incentivo para que más personas entraran ilegalmente al país con la esperanza de que, después de dos décadas, sus hijos les facilitarían la residencia. Por esta razón, los hijos ciudadanos fueron excluidos como posibles solicitantes de perdón.
Excepciones y formas creativas de evitar la ley de los castigos
A lo largo de los años, algunos inmigrantes han encontrado maneras de sortear las limitaciones impuestas por la ley de los castigos. Una de estas formas es a través de la 245(i), una ley que permite a ciertas personas que hayan sido solicitadas antes de abril de 2001 ajustar su estatus sin tener que salir del país. Esta protección ha sido clave para muchos inmigrantes que cuentan con una petición familiar previa, ya sea de un cónyuge o de otro familiar cercano.
Otra opción es el “Parole in Place“, un programa dirigido a las familias de militares estadounidenses. Si uno de los hijos ciudadsnos del inmigrante indocumentado sirve en las fuerzas armadas o es un veterano, los padres pueden obtener un permiso especial que les permite ajustar su estatus sin salir del país.
Este programa se implementó inicialmente de manera discrecional, pero fue formalizado por el presidente Donald Trump como parte de un paquete legislativo amplio destinado a apoyar a los militares y veteranos.
¿Qué opciones quedan para los padres de hijos ciudadanos?
Si bien las opciones para arreglar a través de los hijos ciudadanos se han vuelto más limitadas, aún existen algunas alternativas.
Para aquellos que entraron legalmente al país con una visa, el proceso puede ser más sencillo. En estos casos, los hijos ciudadanos pueden solicitar a sus padres y, debido a su entrada legal, no se ven afectados por la ley de los castigos. Sin embargo, para la mayoría de los inmigrantes que entraron ilegalmente, las opciones son más restringidas.
En algunos casos, es posible combinar la petición de un hijo ciudadano con una petición de otro familiar, como un padre residente o ciudadano. Esto puede permitir a los inmigrantes obtener el perdón necesario para ajustar su estatus sin tener que salir del país y enfrentar el castigo de diez años. No obstante, este proceso puede ser complejo y no es accesible para todos aquellos con hijos ciudadanos.
La importancia de contar con asesoría legal adecuada
Dada la complejidad de las leyes de inmigración y las posibles consecuencias de intentar arreglar sin una estrategia adecuada, es esencial que los inmigrantes consulten con abogados especializados en inmigración.
Es importante evitar caer en manos de personas no calificadas o en estafas, especialmente en plataformas como TikTok, donde se ha visto un aumento en los fraudes relacionados con trámites migratorios.
Muchos abogados prometen soluciones rápidas a problemas migratorios complejos, pero en realidad, no todos los casos tienen una solución inmediata o viable.
Es fundamental que los inmigrantes comprendan su situación particular y las opciones reales que tienen, en lugar de confiar en promesas falsas o tácticas de publicidad engañosa.
Lo cierto es que el sueño de que los hijos ciudadanos pudieran arreglar los papeles de sus padres se ha vuelto cada vez más difícil de alcanzar.
Las leyes que se implementaron en 1997 con la intención de frenar la inmigración ilegal han dejado a muchos padres indocumentados en una situación sin salida, donde incluso teniendo hijos mayores de 21 años, no pueden ajustar su estatus sin enfrentar castigos severos.
Igualmente, y a pesar de las dificultades, existen algunas vías legales, aunque limitadas, para regularizar la situación de algunos conjuntos de inmigrantes. Sin embargo, es clave que quienes buscan ajustar su estatus migratorio lo hagan de manera informada y con la ayuda de profesionales legales de confianza.
La comunidad inmigrante debe estar alerta ante posibles estafas y promesas falsas que podrían empeorar su situación en lugar de ayudarles.
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