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La ley de castigos rompe a las familias: las historias de Meybel, José, sus parejas y sus hijas

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Por Maurilio Soto

Tercera de tres partes.

La ley de castigos ha separado a cientos de miles de familias integradas por un ciudadano estadounidense y su cónyuge migrante. Son familias rotas, cuyos padres viven entre la frustración y el coraje, sobre todo la madre o el padre que es ciudadano americano, y a quien su propio país no le da el derecho de estar junto a los que quiere. 

Estas son las historias de Meybel y José, de Mario y María, sus parejas, de las cuatro pequeñas que piden en deseos de cumpleaños o a Santa Claus como regalo de Navidad, las dejen estar con sus dos padres en Estados Unidos.

“Me sentí sola”. La ley de castigos es la causa

“Cuando todo pasó me sentí sola. Por qué dije: ‘será que soy la única pasando esto’. Comencé a buscar en google y de la nada encontré la organización (Familias Americanas Unidas), y después de ahí en Facebook y poco a poco me he puesto más activa con ellos en redes”, dice Meybel un tanto agradecida.

“Los encontré a ellos cuando yo estaba muy mal. No es que esté contenta de que ellos (sus compañeros de la organización) estén pasando por esto, pero me hacen sentir que no soy la única”, expresa y agrega:

“Porque cuando me pasó a mí, sentí que era la única que estaba pasando eso y no lo podía creer. Y ellos me han ayudado para ver que sí hay personas que se toman el tiempo, porque ellos están peleando mucho por nosotros”, relata Meybel, quien también acepta que su situación le ha generado frustración.

“Mi esposo no es un criminal. Es un buen padre, un buen esposo, un hombre trabajador”

“Sí, es frustrante, uno siente que no tiene ningún derecho. Además mi esposo no es un criminal. Si fuera un criminal, uno dice ‘bueno: no hay de otra’, pero no es un criminal, es un buen padre, un buen esposo, un hombre trabajador que vino de más de 20 años a trabajar”, algo que ella valora mucho.

“Son personas trabajadoras. Y a mí no me importó ver la situación migratoria de él. Cuando uno se enamora, se enamora y otra cosa no importa”, comparte Meybel al sincerarse.

“Si otro país me da las oportunidades me voy a ir”. La ley de castigos lo obliga a pensar en esa opción

“Soy un buen miembro de la comunidad y pago mis impuestos y si aquí no funciona, y si otro país me da las oportunidades me voy a ir. Esa fue la razón por la que mis papás se vinieron para acá, porque México no les dio las oportunidades que les dio este país. Y si México me las da pues me voy a ir. O si no funciona México pues ahí está Canadá”, dice José y coincide con Meybel en que lo más importante es estar con los que te quieren.

“Las demás cosas no importan. Que no estés viviendo con que la migra, con que no puedo salir del país, que no puedes viajar. A veces hay gente necia que se quiere quedar, pero yo digo, pues sabes qué, si este país te trata así, siendo ciudadanos, pues sabes qué, mejor me voy y es todo”, manifiesta José Ramírez.

“Al Gobierno la verdad no les importa nada de los ciudadanos que tienen a su familia en el extranjero”

Él conoció a la organización Familias Americanas Unidas en 2017 y ahí comenzó a participar con ellos, pero ahora no está muy entusiasmado respecto a los avances legislativos que puedan ayudar en su caso y en el de cientos de miles de familias.

Según el Centro de Datos de Inmigración del Instituto de Políticas de Migración más de 1.2 millones de ciudadanos estadounidenses (1 millón 247 mil) han experimentado la separación familiar porque a su cónyuge inmigrante se le ha negado una visa o se le ha deportado de Estados Unidos debido a la ley de castigos.

De acuerdo con datos difundidos por American Families United en octubre de 2020, basados en cifras de remoción de ICE ERO Reports y el Centro de datos del Instituto de Políticas Migratorias, son 270 mil cónyuges de ciudadanos estadounidenses los que han sido deportados desde 1997. Esto significa que unas 6 mil familias de estadounidenses padecen separaciones familiares cada año. 

Incluso, Kali Pliego refirió en la entrevista con la abogada Erika Jurado que son casi dos millones de familias entre un ciudadano americano y su cónyuge migrante las afectadas por la ley de castigos, y que de estos dos millones, un tercio está fuera de EU. La HR-2920 propone que con los nuevos perdones se beneficie tanto a los afectados que están fuera como a los que están dentro de Estados Unidos debido a la ley de castigos.

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Según el Centro de Datos de Inmigración del Instituto de Políticas de Migración más de 1.2 millones de ciudadanos estadounidenses han experimentado la separación familiar porque a su cónyuge inmigrante se le ha negado una visa o se le ha deportado.

“Me di cuenta que al Gobierno la verdad no les importa nada de los ciudadanos que tienen a su familia en el extranjero o que no han podido arreglar por razones de las leyes del 96 (la ley de castigos). Me di cuenta que nada va a cambiar”, dice José para luego añadir lo siguiente:

“Ya me di cuenta que es el sistema el que está así. Así hicieron al sistema y así se va a quedar, y la verdad no he visto a ningún senador ni a nadie que haya luchado por nosotros, y la verdad por eso tengo mi dinero ahorrado y si aquí no funciona pues me voy a otro lugar. Eso es todo”, reitera José y reprocha tanto a republicanos como a demócratas.

“Siempre dicen ‘espérenos, espérenos’”; y lo único que se concreta son los daños de la ley de castigos

“Namás dicen: ‘no es que no podemos porque los republicanos’. Y luego cambia la historia. Luego dicen: ‘no es que no podemos porque los demócratas’. O, ‘espérenos vamos a pasar primero tal’… Siempre dicen ‘espérenos, espérenos’ y no hacen nada, expresa José y añade:

“Este va a ser el último año y lo que va a pasar es que va a cambiar otra vez el Congreso y va tener que empezar de nuevo. Y va a ser la misma cosa: que los republicanos, que el presidente, que quién sabe qué”, reclama Ramírez.

“Estamos esperando que nos den una fecha para la etapa de cuando hacen enmiendas. Y después de eso sigue entonces, el voto en la Casa de Representantes (Cámara baja)”, dijo Pliego en la reciente entrevista para juradograham.com. 

El plazo para todo lo anterior, terminaría en diciembre próximo.

“Ellos (los legisladores) tienen que decir: esta propuesta me parece bien para ponerla a votación en la Casa de Representantes. O sea, está atorada en este momento y necesita un empujón para que la propuesta se desatore, salga de esa etapa y la ponga ya a votación en la Casa de Representantes”, agregó, por su parte, la abogada Jurado.

“El Senado es otro animal que uno tiene que atacar”

“Nomás dicen: estamos cerca o esto, pero de ahí nada. Estamos cerca de pasar la Ley nomás en la Casa de Representantes, pero falta el Senado. El Senado es otro animal que uno tiene que atacar. La verdad no quiero perder 10 o 15 años de mi vida peleando esto y estamos en un mundo que puedes trabajar virtual, la verdad ya cambiaron muchas cosas, hay muchas herramientas, ya no tienes que estar en la oficina”, resalta José.

“Entonces, si hay suficiente apoyo en la Cámara de Representantes, entonces pasa a la Cámara de Senadores, que es cuando ya nos acercamos más a que esta propuesta se convierta en ley”, expresó también la abogada Jurado el 13 de enero pasado.

“Yo estoy haciendo todo esto y a ellos (legisladores) no les importa”

Como José, Meybel está en contacto con su pareja por videollamadas y va a visitar a Mario, como también lo hace José con María.

“Sí, ya en la noche hablamos por videollamada para decir buenas noches con las niñas. Yo hago lo posible por viajar. El último viaje que tuve fue en julio. El próximo sería en julio otra vez, hasta un año después porque estoy sola con dos niñas entonces no se me hace fácil”, dice Meybel, quien en este tiempo ha ido a ver a Mario con sus hijas unas cuatro veces.

Su activismo con American Families lo realiza principalmente por redes sociales. 

“Sí me ha ayudado el activismo, (pero) a la misma vez me afecta un poco, porque digo, estoy haciendo esto y no se llega a nada. A lo mejor a veces se deprime uno. Digo: ‘yo estoy haciendo todo esto y a ellos (legisladores) no les importa’. No les importa y vuelve la frustración”, se lamenta.

“Incluso hasta puse un video de mi hija en Twitter diciéndole adiós a su papá, a ver si a alguien le llamaba la atención lo que está pasando con los niños. Uno de adulto entiende más, pero… es difícil”, logra pronunciar Meybel con la voz entrecortada.

Meybel subió el video de la mayor de sus hijas despidiéndose de su papá.

“Que nos dejen pelear” (contra la ley de castigos)

Ante esa frustración que viene y va en esa vida junto a sus hijas, pero sin el padre de ellas, lo único que pide Meybel es que le dejen pelear su caso.

“Que a nosotros como ciudadanos, nos den el derecho a pelear el caso. No estamos pidiendo que solamente por ser ciudadanos, sí, se los vamos a dar. Que nos dejen pelear, que vean a la persona como es. Mario es una persona que va a traer algo bueno al país. Que vean a mis hijas, que mis hijas necesitan a sus dos padres”, comparte y hace una pequeña pausa para continuar.

“Así como a los muchachos dreamers les dan oportunidades, mis hijas también deberían tener esa oportunidad, porque esto les afecta a ellas mentalmente, emocionalmente. Que nos den una oportunidad para pelear nuestros casos. Eso es lo que yo pido, que no me cierren las puertas completamente”, manifiesta.

“Los congresistas no ven que ellos están donde están (por nosotros)”

Al igual que José, Meybel opina que a los congresistas se les olvida que ellos tienen esos cargos gracias a los votos que los ciudadanos estadounidenses como Meybel y José les dan.

“Pero los políticos, congresistas, no ven que al final del día, ellos están donde están por uno mismo”, subraya.

“Espero que el senador Alex Padilla nos apoye. Él debe de entender más que nadie, porque sus papás, igual que mis papás, fueron de las primeras generaciones de inmigrantes que llegaron de México y él sabe cómo es el proceso para poder arreglar”, señala José Ramíerez y agrega:

“Y yo entiendo los de DACA y todo eso, pero lo que debe de importar más son los ciudadanos porque somos gente que vota por él. La gente que tiene DACA, que no tiene documentos aquí, no vota por él, no deciden quién va a ser el próximo senador”, destaca también José y adelante que:

“La verdad yo ya no voy a andar apoyando a los demócratas porque no hacen nada por nosotros, puras promesas, está como el PRI de México. El Partido Revolucionario Institucional (PRI), gobernó durante más de 70 años a México durante el siglo XX, pero cada presidente de ese partido parecía superar al anterior en promesas incumplidas y en tomar decisiones que terminaban afectando el desarrollo del país.

¿El panorama de la lucha contra la ley de castigos ha mejorado con Biden?

La reacción de Maybel al preguntarle si este panorama mejorará ya bajo el Gobierno del demócrata Joe Biden, fue sólo suspirar.

“Yo siento que está igual, basado en lo que he escuchado con la organización, sí ha habido más apoyo de los representantes, que se han hecho copatrocinadores, pero ya va casi un año, y parece que la ley ya en diciembre, si no es nada, tiene que comenzar de nuevo”, apunta.

La propuesta tiene 56 copatrocinadores, aseguró Kali Pliego en la entrevista con juradograham.com, y su campeona es la representante Verónica Escobar de El Paso, Texas. Ella introdujo la propuesta junto con el representante David Valadao de California.

Además de ellos dos hay otros 55 copatrocinadores de la propuesta. Todos pertenecen a la Cámara Baja, explicó Pliego en la entrevista con la abogada Jurado.

“Hemos llegado parece, como ellos (American Families) dicen, un poco más lejos, pero todavía hoy, ahí mismo estamos, no hemos seguido. Entonces, si llega diciembre y nada pasa, hay que comenzar otra vez de nuevo”, señala Meybel y añade:

“Y si de plano nada pasa. Tengo que esperar cinco años más”, dice Meybel con incertidumbre, la misma incertidumbre que, como a José, la ha acompañado durante estos casi cinco años, cuando ambos quisieran estar acompañados pero de sus parejas; y así tener reunida a su familia, como los ciudadanos viven en cualquier país, excepto, en estos casos, en Estados Unidos. (Tercera de tres partes). Te invitamos a leer la primera y segunda parte de este artículo.

Si tienes una situación migratoria complicada y quieres resolverla con alguien de confianza, con experiencia y paciencia, no dudes en contactar con el equipo de la abogada Erika Jurado. ¡Nos enfocamos en todo tipo de casos migratorios y tenemos licencia para trabajar en todos los Estados Unidos!

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