Hoy te contaremos la historia de Fátima, quien realizó una petición familiar para su esposo, quien a su vez tuvo que realizar un proceso consular y ella está en espera de que él regrese como residente legal.
“No pares de soñar hasta que lo vuelvas realidad”, es la frase que Fátima Caballero, de origen mexicano, siempre tiene muy presente en su vida, tan presente que puede leerla en una de las paredes de su recámara en Virginia, Estados Unidos, a donde llegó a radicar desde hace 20 años.
Petición familiar y proceso consular: Fátima pidió a Leonardo para que él obtuviera la residencia permanente
Fátima, como residente legal de EU, pidió en 2016 a su esposo Leonardo Ba Tot para que él obtuviera también la residencia permanente legal en la Unión Americana. Dos años después, luego de que en 2018 el servicio de inmigración les notificara que había recibido su caso, fue que contactaron a la abogada de inmigración Erika Jurado.
Hoy, gracias a la labor comprometida y profesional de la abogada Erika Jurado, Leonardo está a unos días de convertirse en residente legal de Estados Unidos, pues se encuentra en Guatemala, de donde es originario, atendiendo todo lo relativo a su cita consular como parte de este proceso migratorio.
“Y para nosotros fue un sueño, y todavía no lo creo. A mí me falta ver a mi esposo llegar al aeropuerto y darle la bienvenida. Porque yo le digo que la emoción la voy a sentir ‘cuando te vea que te bajaste de ese avión y estás aquí’”, comparte Fátima en entrevista para el Blog de la abogada Erika Jurado.
La Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA, por sus siglas en inglés) le permite a ciudadanos estadounidenses o residentes legales de Estados Unidos solicitar a su familia cercana para inmigrar a los Estados Unidos. Los familiares que se pueden solicitar son: cónyuge, hijos menores y mayores de edad, hermanos y padres.
De hecho, así fue también como Fátima, originaria de Jerécuaro, Guanajuato, en México, logró obtener la residencia legal, pues su padre la pidió y obtuvo este estatus para ella en el año 2000. Ella llegó a Estados Unidos en el 2002, a la edad de 16 años.
El primer paso de este proceso –los trámites que Fátima realizó en 2016– es que el ciudadano presente el Formulario I-130 (Petición de Familiar Extranjero).
Una vez aprobada esta petición se pasa a la segunda parte del proceso con el Centro Nacional de Visas (NVC por sus siglas en inglés) donde, tras completar y enviar el formulario DS260, se deben aportar una serie de documentos tanto civiles como financieros para determinar la idoneidad del peticionario para soportar financieramente al inmigrante una vez sea residente estadounidense.
Además de estos documentos, deben llenarse el formulario I864 (Affidavit of support). Analizados estos documentos y determinando que el peticionario dispone de los recursos financieros suficientes para poder atender las necesidades del inmigrante, se envía todo al Centro Nacional de Visas para que aprueben dichos documentos; si así lo hacen, el caso pasa a ser trabajado conjuntamente con el consulado para determinar una fecha de cita consular.
La primera solicitud se realiza ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (United States Citizenship and Immigration Services, USCIS). La segunda, como hemos indicado anteriormente, ante el Centro Nacional de Visas.
Perdón provisional I601A
En el caso de Leonardo, como paso previo a todo lo anterior, dado que él tenía un ingreso ilegal a Estados Unidos, necesitaba además tramitar el perdón provisional a través del formulario I-601A, el cual sirve para solicitar una exención provisional (conocido como perdón I-601A) por presencia ilegal antes de salir de Estados Unidos para presentarse a un consulado o embajada estadounidense en el extranjero (en este caso en Guatemala) para su entrevista de visa de inmigrante.
“Los extranjeros que no son elegibles a ajustar su estatus en EU deben viajar al extranjero y obtener una visa de inmigrante. Las personas que hayan acumulado más de 180 días de presencia ilegal mientras están en Estados Unidos deben obtener una exención de inadmisibilidad para detener la aplicación de los criterios de tiempo de presencia ilegal establecidos en la Ley de Inmigración antes de que puedan regresar”, explica USCIS en su sitio web.
Todo lo anterior empata con el caso de Leonardo, quien es un indígena maya que habla la lengua Q’eqchí, uno de los idiomas usados en Guatemala por la etnia del mismo nombre, en los departamentos de Alta Verapaz (de donde es Leonardo), Baja Verapaz, Petén, Izabal, Zacapa y Quiché. Incluso, es el idioma con mayor extensión territorial y el segundo en cantidad de hablantes en ese país. Además es el más hablado de todos los idiomas mayas.
“El proceso de exención provisional por presencia ilegal permite a las personas elegibles para una visa de inmigrante (como familiares inmediatos) que solo necesitan una exención de inadmisibilidad por presencia ilegal, solicitar dicha exención en Estados Unidos, antes de salir a su entrevista de visa de inmigrante”, expone de igual manera USCIS.
Y este perdón provisional, gracias al eficaz trabajo del equipo de abogados del despacho Jurado-Graham, le fue aprobado al esposo de Fátima en septiembre de 2022.
“Nos llegó la carta de que nuestro caso ya estaba en el consulado, que ya nos habían cerrado el caso y estábamos esperando que nos dieran una cita. Y ya en octubre (de 2022) nos llega la carta ya con la cita”, cuenta Fátima en la entrevista telefónica.
“Él se fue para Guatemala el 10 de noviembre (de este 2022) y la cita fue el 15 de noviembre. Sí más o menos estará de regreso el 15 de diciembre porque ya ahorita está con la familia, él ya tuvo su cita, ya lo aprobaron. Todo salió bien gracias a Dios y a todo el trabajo que hizo la abogada”, afirma nuestra entrevistada.
“Todo salió bien, pero ahorita él está pasando tiempo con sus papás y con su familia, que él no veía desde el 2008. De hecho (la abogada Erika Jurado) nos dijo que ella nos va a solicitar la green card cuando mi esposo esté dentro del país. Es parte del trabajo de ella”, indica Fátima.
¿Y cómo fue que Fátima y Leonardo eligieron a la abogada Erika Jurado para que llevara su caso migratorio?
Lo primero que tenemos que decirles es que Fátima y Leonardo viven en Virginia, y el despacho Jurado-Graham se encuentra en Kansas, por tal motivo ellos primero tuvieron citas con tres distintos abogados locales, pero “ninguno de los tres convenció a mi esposo, y mi esposo era seguidor de la abogada en YouTube (@abogadaerikajurado) y después de que tuvimos las tres entrevistas me dijo: ‘yo voy a agarrar a la abogada Erika Jurado’”, relata Fátima.
Incluso Fátima no aprobaba del todo lo expresado por su esposo.
“Yo no estaba de acuerdo porque es una distancia muy grande entre Kansas y Virginia y sabíamos que si se hacía iba a ser o por teléfono o por videollamada, pero yo dejé que él escogiera a la abogada que él quisiera, le dije que si algo salía mal no quería que yo hubiera escogido un abogado y después no saliera bien”, cuenta.
“Le dije está bien, si tú consideras que ella es la abogada perfecta para ti, muy bien, y fue cuando tuvimos la entrevista con ella. Y después de la entrevista él se convenció más todavía de que ella iba a ser la persona que le iba a ayudar”, comparte Fátima, quien tiene una hija de 11 años con Leonardo.
El caso de Fátima y Leonardo es la prueba de que el despacho de abogados de inmigración Jurado-Graham está capacitado y calificado para hacer tu trámite migratorio totalmente conveniente para ti, sin necesidad de que salgas de tu hogar. De esta forma, ahorran tiempo y costos para ti y tu familia.
Te recordamos que con el uso de la tecnología ya no existen distancias y que hoy por hoy la mayoría de los procesos migratorios pueden tramitarse con la ayuda de internet. Asimismo, la mayor parte de los casos que toma el despacho Jurado-Graham pueden beneficiarse de los trámites en línea.
¿Y cómo fue esa primera entrevista de Fátima y Leonardo con la abogada Erika Jurado?
“Nos explicó todo, cómo era el proceso, lo que íbamos a necesitar. Nos explicó muy bien todo lo que iba a ser el proceso y ahí fue donde más nos convencimos de que sí, con ella, porque ella se tomó su tiempo para explicarnos cómo era todo y con los otros abogados habíamos estado 20 minutos…”, relata Fátima sobre su primer contacto con la abogada.
“De hecho un abogado nos preguntó que cuántos hijos teníamos y le dijimos que una, y nos dijo: ‘pues tengan más para que Migración les crea’. Y ya cuando hablamos con la abogada Erika todo fue diferente, ella nos explicó bien paso a paso y fue cuando dijimos: ‘ella es la indicada’. Las reuniones fueron por teléfono, pero siempre estuvimos bien informados de cómo iba nuestro caso, de todo”, afirma la mujer de origen mexicano en la entrevista.
“La abogada nos ha hecho el trabajo bien fácil”
Dentro de toda esa explicación y atención brindada por la abogada, les preguntó también sobre el récord de faltas o delitos cometidos por Leonardo en Estados Unidos (por cierto, sólo tenía infracciones de tránsito por no traer licencia al conducir), les solicitó fotografías que comprobaran sus años como pareja y juntos como familia con su hija; e igualmente, los documentos que validaran su matrimonio.
Todo ello le sirve al despacho de Jurado-Graham para reunir todos los documentos necesarios que, en este caso, Leonardo iba a requerir en su trámite consular como parte del proceso de petición familiar.
“La verdad es que (la abogada Erika Jurado) nos ha hecho el trabajo bien fácil porque he escuchado otras personas que tienen otros abogados que dicen que ellos tienen que registrarse y a nosotros nos entregaron un paquete listo que mi esposo se iba a llevar, donde iba toda la papelería que él iba a necesitar allá, y también ya nos tenían listo el lugar a donde mi esposo le iban a devolver su pasaporte”, cuenta Fátima.
“Y otra cosa que se me hizo bien importante fue que la abogada llamó a mi esposo un día antes de que él saliera del país (a Guatemala) para explicarle cómo iba a ser la cita, cómo tenía que presentarse, cómo tenía que ir vestido, para darle la seguridad de cómo se presentara él en la cita. Eso nos ayudó mucho porque nosotros no teníamos la menor idea de cómo era, y ella le habló y le dijo cómo se vistiera, que a la persona que lo entrevistara siempre lo mirara a los ojos. Nos dio mucha seguridad, fue como una preparación que ella nos dio para el día en que mi esposo fuera a la entrevista”, comparte también Fátima desde Virginia. (Primera parte).
Por Maurilio Soto.
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