En los últimos meses se ha vuelto una pregunta constante entre miles de inmigrantes en Estados Unidos: ¿es mejor quedarse dentro del país mientras se tramita el perdón provisional o conviene salir y esperar en mi país la cita consular? La inquietud es válida.
En un contexto de redadas, detenciones inesperadas y un clima de incertidumbre, muchos se plantean la posibilidad de recuperar el control de su proceso migratorio y ganar tranquilidad mental aunque eso implique enfrentar la separación familiar y una espera prolongada.
El perdón provisional es un recurso creado para disminuir el impacto de la separación de las familias durante el proceso consular. Sin embargo, las circunstancias personales, el nivel de riesgo que la persona pueda sentir y los tiempos de espera hacen que cada caso sea distinto. Por eso, es fundamental entender qué significa esperar en mi país en cada etapa del trámite.
Tres categorías de solicitantes del perdón
Las personas que atraviesan un proceso consular y buscan un perdón provisional pueden dividirse en tres grupos:
- Quienes recién inician el trámite.
- Quienes ya tienen el perdón en curso.
- Quienes ya cuentan con el perdón provisional aprobado y sólo esperan su cita consular.
Cada grupo enfrenta ventajas y desventajas específicas al momento de decidir si debe esperar en mi país.
Iniciar el trámite: riesgo de perder la opción al perdón provisional
Para quienes apenas recibieron la aprobación de la petición I-130 y planean solicitar el perdón provisional, salir de Estados Unidos para esperar en mi país no es recomendable. La razón: el perdón provisional únicamente aplica a personas que permanecen dentro del país mientras se procesa. Si alguien decide salir en esta etapa, pierde la posibilidad de continuar con ese tipo de trámite y estaría obligado a presentar el perdón desde fuera, lo que cambia completamente la dinámica del caso.
Además, el perdón provisional implica la toma de huellas y, en ocasiones, comparecencias presenciales. Si la persona ya no está físicamente en el país, ese procedimiento no puede llevarse a cabo. En este escenario, optar por esperar en mi país significaría renunciar a los beneficios iniciales del programa, diseñados precisamente para mitigar la separación familiar.
La ventaja para quienes deciden salir desde el inicio podría ser el acceso más rápido a una cita consular. Sin embargo, deben estar preparados para enfrentar la espera en mi país y el proceso completo sin la protección que otorga el perdón provisional.
Trámite en curso: ¿salir o aguantar?
El segundo grupo corresponde a quienes ya pagaron las tarifas del Centro Nacional de Visas, enviaron su solicitud de perdón provisional y, en muchos casos, ya acudieron a la toma de huellas. Aquí la situación cambia: sí existe la posibilidad de esperar en mi país, aunque no está exenta de riesgos.
El principal problema sería que las autoridades requieran nuevamente la toma de huellas. Aunque se trata de un escenario poco común, se han dado casos en los que el sistema no logra leer correctamente las huellas digitales y se solicita una nueva cita. Si la persona ya salió del país, cumplir con esa exigencia resultaría imposible y pondría en riesgo la aprobación del perdón.
Pese a ello, muchos consideran que la tranquilidad de esperar en mi país es preferible a seguir expuestos a redadas o a la incertidumbre de una detención dentro de Estados Unidos. Esa decisión, sin embargo, debe tomarse con plena conciencia: si el perdón fuera negado estando fuera, no habría manera de volver a presentar un nuevo perdón provisional desde adentro. En ese punto, toda la gestión tendría que continuar desde el extranjero.
Perdón aprobado: esperar la cita en mi país
El tercer grupo lo integran quienes ya tienen aprobado el perdón provisional. A estas personas sólo les resta recibir la cita consular. Para ellas, esperar en mi país se presenta como una opción mucho más viable y menos riesgosa.
Al ya contar con el perdón aprobado, la probabilidad de complicaciones se reduce. El trámite se encuentra prácticamente en la recta final y la decisión depende más de factores personales y familiares: ¿prefiere asegurar la libertad y la tranquilidad de estar en casa en su país de origen, aun con la desventaja de la separación? ¿O considera que vale la pena seguir en Estados Unidos hasta que llegue la cita?
Quienes deciden esperar en mi país en esta etapa suelen argumentar que así recuperan el control de la situación y se liberan del miedo a ser detenidos por ICE en cualquier momento. La espera puede ser larga —en promedio un año después de que el caso entra en la fila consular—, pero hay quienes valoran más la certeza de no estar expuestos a redadas.

La importancia de la tranquilidad mental
Uno de los puntos más destacados en la decisión de esperar en mi país es la tranquilidad mental. En tiempos en que el aparato de deportación se percibe más agresivo, el simple hecho de salir de casa para trabajar o hacer trámites genera ansiedad en muchos inmigrantes. La idea de que, en cualquier momento, una redada pueda cambiarlo todo pesa tanto como la duración de la separación familiar.
Elegir esperar en mi país permite a muchos solicitantes respirar tranquilos, saber que nadie tocará a la puerta de madrugada y que no serán llevados a un centro de detención. Esa seguridad, aunque implique sacrificios, se convierte en una razón de peso.
Por otro lado, hay que considerar las desventajas. Nadie puede garantizar el tiempo exacto que tomará la cita consular. Puede ser un año, pero también puede alargarse más. Durante ese tiempo, la separación familiar y la dependencia económica se convierten en factores difíciles de manejar.
Separación familiar y factores económicos
Esperar en mi país no es una decisión que deba tomarse de manera individual. Implica un impacto en toda la familia. Muchas veces, quien sale es el sostén económico del hogar. En esos casos, la pregunta no es sólo si conviene esperar en mi país, sino cómo se organizará la familia para cubrir gastos durante ese lapso.
Algunos optan por llevarse a la familia completa, otros confían en que sus seres queridos se quedarán en Estados Unidos y podrán apoyarlos a distancia. Cada alternativa conlleva sacrificios y ajustes, lo que hace que la decisión final siempre deba discutirse en familia.
Razones válidas para esperar en mi país
No existe una sola respuesta. Cada caso es único. Sin embargo, se pueden enumerar algunas razones frecuentes que llevan a las personas a decidir esperar en mi país:
- Evitar una detención y la incertidumbre de una fianza.
- Proteger la tranquilidad mental frente al ambiente de redadas.
- Sentir que tienen control sobre el proceso.
- Estar ya en la etapa final, con el perdón aprobado y la cita consular en camino.
En cada una de estas circunstancias, el perdón y la espera se convierten en conceptos ligados a la seguridad y al control personal, aun a costa de la separación familiar.

Opciones y decisiones
La pregunta “¿debo irme a esperar el perdón en mi país?” no tiene una respuesta universal. Depende del momento del proceso, del nivel de riesgo percibido, de la situación económica y de la fortaleza familiar para soportar la separación.
Para quienes apenas inician, esperar en mi país puede significar perder el acceso al perdón provisional. Para quienes ya están en curso, representa un riesgo limitado, pero presente. Y para quienes ya cuentan con el perdón aprobado, puede ser la vía más razonable hacia la tranquilidad.
En cualquier caso, lo esencial es no tomar la decisión desde el miedo, sino desde la planeación y la conversación familiar. El perdón es un recurso valioso que puede significar el inicio de una nueva vida en regla. La espera en mi país puede ser un sacrificio grande, pero también una estrategia de control frente a la incertidumbre migratoria.
Abogados de inmigración
Si tienes una situación migratoria complicada y quieres resolverla con alguien de confianza, con experiencia y paciencia, no dudes en agendar una cita con el equipo de abogados de inmigración de Erika Jurado.
¡Nos enfocamos en todo tipo de casos migratorios, incluidos los relacionados con todas las dudas que tengas respecto de la ciudadanía, el asilo, deportaciones, detenciones en redadas, el parole in place, la visa U, la visa T, la visa VAWA, el DACA y la visa de prometido.
Conoce más sobre el despacho y la trayectoria de Erika Jurado Graham como abogada de inmigración en este enlace.
Aquí, toda la información sobre nuestros servicios y aquí, nuestra página dedicada a la comunidad LGTBQ.
Todos los videos de Erika Jurado Graham, en este enlace.
¡Tenemos licencia para trabajar en todos los Estados Unidos! No te pierdas nuestros videos y los artículos de nuestro blog para que siempre estés al día con lo último en noticias de inmigración y cada una de las novedades que se producen respecto del tema.

Casos complejos, atención profesional y en todas las ciudades
La abogada de inmigración Erika Jurado-Graham trabaja con el mayor profesionalismo. Sus 15 años de experiencia en la ley de inmigración y su historial de casos complejos ganados la respaldan.
Recuerda que la abogada Erika Jurado atiende casos de Visa U, Visa Vawa, Visa T y otros desde cualquier parte de Estados Unidos, no es necesario estar en la misma ciudad.
Abogados de violencia doméstica en español y en inglés con amplia experiencia. No importa dónde te encuentres, atendemos a distancia, lo que permite tener clientes en Estados Unidos, México y en toda Latinoamérica.
Con el uso de la tecnología ya no existen distancias y contratar el abogado de la esquina que tal vez no cuente con la experiencia que buscas, es cosa del pasado.
Nuestro despacho de abogados de violencia doméstica y temas de visa Vawa está capacitado y calificado para hacer tu trámite totalmente conveniente para ti, sin necesidad de salir de tu hogar. De esta forma, ahorramos tiempo y costos para ti y tu familia.