¿Ciudadanía en español? ¿Es posible? Algunos residentes permanentes en Estados Unidos pueden iniciar el trámite para convertirse en ciudadanos estadounidenses sin necesidad de presentar el examen en inglés. Esta posibilidad de hacer todo el proceso en su idioma nativo representa un alivio para muchas personas que, por diversas razones, nunca lograron dominar el inglés. A esto se le conoce como ciudadanía en español, y aplica únicamente en ciertos casos establecidos por las leyes migratorias.
Es importante aclarar que el examen cívico, requerido para obtener la ciudadanía, no exige un dominio perfecto del idioma inglés. Muchas personas creen que deben hablar inglés con fluidez total para aprobar, lo cual no es cierto.
De hecho, lo que se evalúa es la capacidad de entender y responder preguntas básicas relacionadas con historia, civismo y gobierno de Estados Unidos. Aun así, existe un temor generalizado hacia esta parte del trámite, que en realidad no representa el mayor riesgo para quienes aplican.
El verdadero riesgo radica en el historial migratorio de cada persona y en las condiciones bajo las cuales se obtuvo la residencia permanente. Bajo la actual administración de Donald Trump, las autoridades migratorias están revisando con mayor rigurosidad estos antecedentes, y si encuentran alguna irregularidad, pueden no solo negar la ciudadanía, sino también iniciar un proceso de revocación de la residencia o incluso de deportación.
¿Quién puede aplicar a la ciudadanía en español?
La ciudadanía en español no está disponible para todos. Solo quienes cumplen con ciertas condiciones específicas pueden hacer el trámite sin necesidad de presentar el examen en inglés. Estas excepciones están pensadas especialmente para personas mayores y con muchos años como residentes permanentes legales.
La primera situación en la que se puede aplicar a la ciudadanía en español es cuando la persona tiene al menos 55 años de edad y 15 años como residente permanente. En este caso, el solicitante puede solicitar hacer el examen de naturalización completamente en español, lo cual incluye tanto la entrevista como el examen cívico.
La segunda situación aplica para quienes tienen 50 años de edad o más y al menos 20 años con la residencia permanente. También en este caso, se puede solicitar que el examen y la entrevista se realicen en español.

Estas dos primeras condiciones son las más comunes y permiten que muchas personas mayores, que llevan décadas viviendo legalmente en el país, puedan obtener la ciudadanía sin la barrera del idioma.
Ciudadanía en español con versión simplificada
Existe una tercera situación en la que no solo se puede aplicar a la ciudadanía en español, sino que además se ofrece una versión más sencilla del examen. Esto aplica para quienes tienen 65 años o más y 20 años de residencia permanente.
A estas personas se les permite estudiar una guía reducida, con entre 20 y 25 preguntas, en lugar de las más de 100 que se requieren normalmente. Es decir, no solo pueden hacer el examen en español, sino que también enfrentan una prueba adaptada y menos extensa.
Este beneficio es especialmente valioso para personas mayores que, por razones de edad o salud, tienen dificultades para memorizar grandes volúmenes de información. La ciudadanía en español con examen reducido les permite tener una experiencia más accesible y menos estresante.
¿Y si no sé leer ni escribir?
Uno de los puntos que más dudas genera es si una persona analfabeta puede aplicar a la ciudadanía en español. La respuesta es que el analfabetismo, por sí solo, no es suficiente para quedar exento del examen. Es decir, una persona que no sabe leer ni escribir no califica automáticamente para una excepción, a menos que cuente con un diagnóstico médico que lo respalde como una discapacidad.
En ese caso, un médico especializado debe llenar un formulario donde indique el motivo por el cual esa persona no puede estudiar o rendir el examen, ni siquiera en español. Este tipo de excepción se analiza caso por caso, y no es automática.

Por eso, aunque alguien tenga 76 años y más de 20 años como residente, si no puede leer ni escribir pero no tiene un diagnóstico médico válido, no podrá aplicar a la ciudadanía en español sin presentar el examen cívico.
La ciudadanía en español no es un derecho automático
Aunque cumplir con las condiciones de edad y tiempo como residente puede dar acceso a la ciudadanía en español, no garantiza que todo el proceso sea sencillo o seguro. Las autoridades migratorias están prestando mucha atención a los expedientes de quienes aplican, y en muchos casos están reabriendo los archivos desde el inicio del proceso de residencia.
Eso significa que, al aplicar a la ciudadanía, el gobierno puede detectar errores, omisiones o inconsistencias cometidas hace décadas. Si se descubre, por ejemplo, que una persona no declaró un arresto en la frontera, o que obtuvo la residencia mediante información falsa o incompleta, eso puede considerarse fraude migratorio.
Riesgo de deportación al aplicar a la ciudadanía en español
Se calcula que al menos tres personas por semana están siendo puestas en proceso de deportación en ciertas oficinas de inmigración tras haber solicitado la ciudadanía. Esto ocurre cuando, al revisar su expediente, se detectan problemas con la forma en que obtuvieron su residencia.
Por eso, incluso si una persona califica para la ciudadanía en español, debe ser extremadamente cuidadosa antes de aplicar. No se trata solo de cumplir con los años y la edad. Se necesita una revisión legal completa del expediente migratorio, para asegurarse de que no haya nada que pueda ser interpretado como fraude o inadmisibilidad.
Casos especiales: discapacidad y ciudadanía sin examen
También hay situaciones donde una persona puede quedar exenta tanto del idioma como del examen cívico. Esto ocurre en casos de discapacidad cognitiva, neurológica o médica, documentada por un médico especializado. Estas personas pueden aplicar a la ciudadanía en español sin examen, siempre que se justifique de forma adecuada mediante el formulario correspondiente.
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Estos casos suelen ser complejos y deben analizarse con un abogado de inmigración, ya que requieren pruebas médicas detalladas y un argumento legal sólido.
No confíes en experiencias ajenas
Uno de los errores más comunes entre inmigrantes es asumir que, porque un familiar o amigo obtuvo la residencia o la ciudadanía sin problema, uno también lo logrará. La realidad es que cada caso migratorio es distinto, y lo que funcionó para un primo o vecino puede ser riesgoso para otro.

Hay quienes lograron obtener su residencia sin declarar todas sus entradas al país, o con antecedentes no reportados. En su momento, inmigración no detectó esas omisiones. Pero ahora, al solicitar la ciudadanía (incluso en español), las autoridades pueden reabrir ese expediente y encontrar lo que no vieron antes.
La ciudadanía en español puede convertirse, en estos casos, en la puerta de entrada a un proceso de deportación si no se toman las precauciones necesarias.
La importancia de contar con asesoría legal
Para quienes consideran aplicar a la ciudadanía en español, lo más recomendable es no hacerlo solos. Aun cuando el historial parezca limpio y no haya antecedentes visibles, es vital contar con el apoyo de abogados especializados que puedan analizar el expediente completo.
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En Jurado Graham, por ejemplo, se revisa cada caso con una lupa para detectar cualquier posible problema antes de enviar la solicitud. Solo así se puede avanzar con confianza en un proceso que, aunque sigue siendo una gran oportunidad para muchos, ya no es tan simple ni seguro como antes.
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