Haber sido registrado por una partera en la frontera de Estados Unidos con México ha resultado sospechoso para el Departamento de Inmigración durante los últimos años, pues el fantasma de las actas falsas continúa vigente.
Si ese ciudadano estadounidense pretendía servir de aval para que un familiar pudiera conseguir la residencia americana o pudiera tener sus trámites migratorios en regla, son las autoridades de su país las que le cierran el paso a esas posibilidades.
Incluso, si ese ciudadano solicita un pasaporte o la renovación del mismo enviando los documentos necesarios de rutina, puede llevarse una gran sorpresa, pues pueden pedirle más “pruebas” de que realmente es un ciudadano estadounidense.
Por las actas falsas de las parteras hoy pagan justos por pecadores
La causa de todo lo anterior son las actas fraudulentas que un grupo de parteras usó desde la década de los 60 hasta los 90 y por las que hoy están pagando justos por pecadores, pues las sospechas del Departamento de Inmigración son en general, hacia la población de Rio Grande Valley.
Cabe decir que en muchos otros casos, durante más de 40 años, las parteras dieron estas actas de nacimiento falsas de Estados Unidos a las familias de bebés que en realidad habían llegado al mundo en territorio mexicano.
Y las dudas aumentaron en cada caso de esa zona debido a que, en ocasiones, las actas que entregaron a niños mexicanos en realidad sí habían sido emitidas oficialmente por las autoridades de Texas.
Varias de esas parteras admitieron sus estafas durante procesos federales realizados en la década de los 90.
Afectan el tránsito de ciudadanos estadounidenses hacia México; hay detenciones y deportaciones
Todo esto afecta hoy a ciudadanos norteamericanos que dependen de su tránsito entre México y Estados Unidos para realizar su trabajo o negocios, o quienes simplemente cruzan para visitar a familiares.
Hay casos registrados de ciudadanos norteamericanos que han tenido que quedarse en México luego de que sus pasaportes fueran revocados al momento de intentar regresar a los Estados Unidos.
Se ha llegado al extremo de que, aunque los solicitantes de pasaporte entreguen actas de nacimiento oficiales de EU, sean apresados en centros de detención migratoria y se les inicie un proceso de deportación, todo por las sospechas de que cometieron fraude o porque se dude de su ciudadanía norteamericana.
Abogados de inmigración consultados sobre esta problemática en la prensa norteamericana en los últimos años, han señalado que las detenciones migratorias originadas por la sospecha del gobierno de este tipo de casos o actas falsas, han aumentado.
Hasta agentes fronterizos han sido descubiertos por el fraude de actas falsas
Entre los afectados se encuentran agentes de ICE o la Patrulla Fronteriza y soldados que sirvieron en misiones de Estados Unidos.
El New York Times dio cuenta de dos casos en marzo de 2019: Marco A. de la Garza Jr. y Oscar Antonio Ortiz. El primero fue agente federal de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza por casi seis años en Arizona. El segundo fue agente de la Patrulla Fronteriza en San Diego.
De la Garza Jr., quien es un veterano de la Marina estadounidense, había mentido sobre su ciudadanía norteamericana, pues es nacido en México, pero para conseguir el empleo en la agencia de protección fronteriza entregó un acta falsa de nacimiento de Texas.
Tras descubrirlo, se le acusó de fraude y otros cargos por lo que recibió una sentencia de un año de libertad condicional y una multa de mil dólares en la corte federal del distrito en Tucson.
Tienen muchas cosas en común, pero una gran diferencia
Ortiz comparte tres cosas con De la Garza: ser mexicano, haber servido en la Marina estadounidense y haber usado un acta de nacimiento falsa para conseguir sus citados empleos.
Sin embargo, mientras De la Garza Jr. era un agente fronterizo ejemplar en las acciones de campo, Ortiz formó parte de un grupo de contrabando y transporte de migrantes, actividad por la que recibía dinero junto con otro agente que trabajaba con él.
Tras ser condenado y cumplir cinco años de cárcel, Ortiz fue deportado a México donde, según informó el New York Times en 2019, vivía en ese momento.
En realidad son cuatro cosas las que estos dos ex agentes comparten: a ambos sus padres les hicieron creer que habían nacido en Estado Unidos y hasta los certificados falsos les habían dado.
De atrapar indocumentados, al riesgo de ser deportado a causa de las actas falsas
La fecha de nacimiento que tenía el acta falsa de De la Garza Jr. decía que había nacido en diciembre de 1980, en Brownsville. El año era el correcto, pero el mes verdadero es octubre y es originario de Matamoros, México.
La asistente de parto que se menciona en su certificado apócrifo, detalla el New York Times, fue a juicio por el delito de conspiración y declaraciones falsas en este tipo de documentos en 1984.
La situación ilegal de De la Garza Jr. fue conocida por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza cuando en 2017, el hoy ex agente, solicitó un pasaporte norteamericano. Durante su juicio expresó su deseo de algún día regularizar su situación migratoria.
De hecho su abogado defensor dijo en aquellas fechas, de acuerdo con la información del New York Times, que su cliente era elegible como veterano para solicitar la ciudadanía, un año después de la fecha de su condena penal, según la Ley de Inmigración.
La posibilidad de una deportación para De la Garza Jr. era real, pero según lo que refiere el New York Times, al abogado del mexicano le habían dicho que los funcionarios de Inmigración y Control de Aduanas decidieron no seguir con los procedimientos para expulsarlo de Estados Unidos.
Un trámite de rutina para un ciudadano estadounidense se convierte en lo peor, por el fantasma de las actas falsas
Así, a los solicitantes que habían pensado tener un trámite de rutina en la emisión o renovación de su pasaporte, les han exigido desde un comprobante de atención prenatal de su madre, hasta su acta de bautizo o contratos de renta de su familia cuando el solicitante era un bebé.
También pueden pedirles actas de hermanos mayores, registros escolares de sus primeros años de educación, o recibos fiscales o de empleo de los padres desde el año del nacimiento y posteriores.
Los alumbramientos asistidos por parteras en la frontera sur de Estados Unidos han sido cosa común entre la población de esa zona durante mucho tiempo, estamos hablando desde inicios del siglo XIX.
Ha habido acciones para proteger a los ciudadanos de Rio Grande Valley, pero no han sido suficientes
Ante la violación “al debido proceso y al derecho de casi todos los ciudadanos estadounidenses traídos al mundo por una partera en la región de la frontera sur a gozar de las mismas protecciones que el resto de la ciudadanía”, la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) promovió una demanda colectiva en 2009.
Esta situación se presentó luego de que en las administraciones de George Bush y Barck Obama casi se tuviera por costumbre negar el pasaporte a recién nacidos cuyas madres hubieran sido asistidas por parteras en Texas.
No obstante, la situación parecía no haber mejorado mucho con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, pues su Gobierno decidió negar el pasaporte a miles de ciudadanos norteamericanos nacidos en estados fronterizos y cuyo alumbramiento hubiera sido asistido por parteras, así se informó en los medios de comunicación.
“La región fronteriza con México es una zona del país donde se ha registrado una considerable incidencia de fraude en ciudadanía”, dijo el Departamento de Estado en tiempos de la administración del presidente Trump.
Es un riesgo migratorio dar a luz en casa, en Rio Grande Valley, por fantasma de actas falsas
Pero estas sospechas —fundadas o infundadas— por parte de las autoridades norteamericanas, también afectan a las madres que decidieron tener un parto en casa por meras cuestiones personales.
Ya sea porque los hospitales quedan lejos de la zona donde viven, por ser pacientes prenatales de bajo riesgo, o simplemente por la comodidad de estar en su hogar previo, durante y después del parto, muchas mujeres de la zona fronteriza del sur de EU deciden no acudir a hospitales y tienen a sus bebés en casa.
Hoy, esto representa un riesgo para el estatus migratorio de los infantes en caso de no poder comprobar la nacionalidad de sus hijos, aunque esas familias lleven años viviendo en territorio estadounidense.
Pese a que todo indique que el nacimiento y desarrollo de las vidas de los bebés nacidos en la zona de Rio Grande Valley se haya dado en Estados Unidos, el Departamento de Estado les pedirá “pruebas” ante sus sospechas derivadas de la utilización de las hoy tristemente célebres, actas de nacimiento apócrifas.
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