La política migratoria ha sido casi siempre un tema central en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Más aún en los últimos años, cuando el tema está en la agenda de la opinión pública.
El Partido Demócrata, que en 2020 criticó con fuerza la política migratoria del expresidente Donald Trump, se enfrenta ahora a una realidad complicada, con más ciudadanos a favor de medidas más estrictas en la frontera sur.
Donald Trump, consciente de esto, está capitalizando este descontento, prometiendo reactivar y ampliar las políticas migratorias que implementó durante su primera administración.
Entre sus promesas para 2024, como te hemos contado en este blog, se destacan las deportaciones masivas y la eliminación del derecho a la ciudadanía por nacimiento.
Política migratoria: qué piensan demócratas y republicanos
En un muy interesante artículo, Vox trata este tema analizando encuestas sobre inmigración y elecciones y, entre otros datos, aporta que las propuestas que movilizan a votantes de todos los sectores políticos, pero lo hacen con mayor fuerza entre los republicanos.
Según una investigación de Gallup, el 48% de los republicanos considera que la inmigración es el problema más urgente que enfrenta el país. Entre los independientes y demócratas, aunque no es su principal preocupación, ha ganado relevancia en estados como Arizona y Nevada.
En términos generales, una gran mayoría de votantes registrados declaró en esa encuesta (muy reciente, de junio) que solo respaldará a un candidato que comparta sus puntos de vista sobre la inmigración y la política migratoria.
Este cambio en la opinión pública refleja una demanda mayor por reducir los niveles de inmigración, una tendencia que no se había visto desde los ataques del 11 de septiembre de 2001, que impulsaron un aumento del nacionalismo en el país.
Este cambio de postura se debe, en parte, a los niveles récord de cruces fronterizos en los últimos años, que alcanzaron su punto máximo en diciembre pasado.
Cambios en política migratoria
En respuesta a esta situación, la administración de Joe Biden cambió su política migratoria (o al menos su estrategia), pasando de la implementación de un sistema de inmigración más humano a una estrategia para limitar el flujo de personas en la frontera con México.
Biden adoptó algunas medidas para restringir el asilo, medidas que no se diferencian mucho de las políticas de Trump, y ha atribuido a estas políticas la reciente disminución de cruces fronterizos.
A la par, Biden ha promovido esfuerzos para proteger a los inmigrantes indocumentados que ya residen en Estados Unidos, como el Parole in Place del que hemos hablado mucho y que un juez ha suspendido de forma temporaria.
Nuevos patrones migratorios
Los patrones migratorios han cambiado drásticamente en los últimos años, y el sistema de inmigración de Estados Unidos, al parecer, no estaba diseñado para enfrentar esta nueva realidad.
Tradicionalmente, los migrantes llegaban solos en busca de empleo, principalmente desde México. Ahora, un número cada vez mayor de personas proviene de América del Sur, el Caribe, China e incluso Europa, muchas de las cuales llegan con sus familias y buscan asilo, huyendo de la persecución o la inestabilidad en sus países de origen.
Independientemente de las razones detrás del aumento de la inmigración, lo cierto es que la opinión pública en Estados Unidos ha virado hacia una postura más conservadora en los últimos cuatro años.
Ha emergido un consenso bipartidista en Washington para restringir aún más la inmigración, algo que la mayoría de los votantes parece apoyar, aunque no está claro cómo creen que debería implementarse.
Aplicación de la política migratoria: entre la necesidad y la división
Los votantes estadounidenses desean ver una aplicación más rigurosa de la políitca migratoria, pero hay discrepancias sobre cómo debería llevarse a cabo.
Propuestas que antes generaban controversia, como la construcción del muro fronterizo promovido por Trump, ahora cuentan con un mayor respaldo.
Durante su mandato, Trump construyó unos 800 kilómetros de un muro de nueve metros de altura, la mayor parte del cual reemplazó barreras preexistentes o añadió una capa adicional de seguridad.
En aquel entonces, solo un tercio de los estadounidenses apoyaba el proyecto de política migratoria de Trump. Sin embargo, encuestas recientes indican que esa proporción ha aumentado considerablemente, con una mayoría ahora a favor del muro, incluyendo apoyo entre los independientes.
Incluso entre los latinos, el 42% se mostró a favor de la construcción del muro en una encuesta de Axios-Ipsos realizada en abril.
El apoyo también se ha extendido a propuestas de deportaciones masivas, que antes generaban mayor rechazo en cuanto a política migratoria.
Trump ha prometido lanzar la mayor operación de deportación interna en la historia de Estados Unidos, apuntando a millones de inmigrantes indocumentados a través de redadas a gran escala.
Encuestas recientes sobre política migratoria, como las de Harris Poll y CBS/YouGov, mostraron que entre el 51% y el 62% de los estadounidenses respaldan tales medidas, incluyendo un porcentaje considerable de latinos e hispanos.
Ciudadanía por derecho de nacimiento
Otro tema de política migratoria que ha ganado terreno es la eliminación de la ciudadanía por derecho de nacimiento, un concepto que establece que cualquier persona nacida en territorio estadounidense es automáticamente ciudadana.
Según una encuesta de Axios/Harris, el 30% de los demócratas y el 46% de los republicanos apoyan esta idea.
Todo esto sugiere que la estrategia migratoria de Trump podría ser más popular de lo que parecían indicar las protestas contra sus políticas cuando estaba en el cargo.
Política migratoria: empatía con los indocumentados
A pesar del apoyo a una aplicación más estricta de las leyes migratorias, los votantes estadounidenses están divididos sobre qué hacer con los inmigrantes indocumentados que ya residen en el país.
Aunque existe un aparente conflicto con las encuestas que apoyan las deportaciones masivas, la mayoría de los estadounidenses respaldan una vía hacia la ciudadanía o el estatus legal para los aproximadamente 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos en 2022.
Una encuesta del Pew Research Center de abril encontró que el 59% de los estadounidenses, incluyendo el 32% de los partidarios de Trump, apoyan que los inmigrantes indocumentados permanezcan en el país de manera legal.
El apoyo es aún mayor para los Dreamers, los inmigrantes que llegaron a Estados Unidos siendo niños. Según una encuesta de junio del National Immigration Forum/Bullfinch Group sobre política migratoria, el respaldo a una vía hacia la ciudadanía para estos jóvenes es considerablemente alto.
Actualmente, solo unos 530,000 Dreamers están protegidos de la deportación bajo el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) de la era Obama, y los intentos legislativos de otorgarles un estatus legal permanente han fracasado repetidamente.
Parole in Place de Biden
El nuevo programa de Biden, que como política migratoria busca legalizar a los cónyuges indocumentados de ciudadanos estadounidenses, ha brindado cierto alivio, representando el mayor esfuerzo de legalización desde DACA. Sin embargo, solo unos 500,000 cónyuges y 50,000 hijos podrían ser elegibles.
Las encuestas sugieren que podría haber espacio para que el próximo presidente combine esfuerzos de legalización con una aplicación más estricta de las leyes migratorias, algo que Biden intentó, pero no logró, en un acuerdo con el Congreso a principios de este año.
La cuestión ahora es si los demócratas y republicanos podrán superar las posturas que han mantenido durante tanto tiempo en torno a la inmigración, dado que sus votantes parecen estar convergiendo en ciertas políticas.
Con información de Vox, Gallup, Axios-Ipsos y Pew Research Center.
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