Por Maurilio Soto
Tercera de tres partes.
¿Por qué hay tanto antagonismo entre los migrantes mexicanos y centroamericanos que se encuentran en busca del sueño americano en Estados Unidos?
Sin duda hay discordia, disputas, quizá unos cuantos de ambos grupos lleguen a pronunciar la palabra ‘odio’, y hasta actúen en ese sentido con el que tienen ahí al lado trabajando en la pizca, jardinería, la fábrica, tiendas, negocios o en labores de construcción o remodelación.
Lo cierto es que los investigadores y estudiosos de los movimientos migratorios coinciden en que una de las causas de esta rivalidad es el maltrato que se les da a los migrantes centroamericanos en su paso por territorio mexicano cuando hacen el largo periplo para llegar a la Unión Americana.
Identifican también que las facilidades que tienen, por ejemplo, los salvadoreños, hondureños y nicaragüenses para conseguir la condición de refugiado es uno de los motivos que causan recelo entre los mexicanos.
En contraparte, indican, a los mexicanos se les facilitan más las cosas en el terreno laboral y hasta puede verse como que acaparan las opciones de empleo. Pero no sólo en ese campo se les abren más puertas, si no que cuentan con una red de apoyo más grande que les puede facilitar otros temas como vivienda o simplemente resolver de manera más rápida las adversidades que se les presenten.
Esto es registrado, por parte de los centroamericanos, como una muestra de ese ‘ingenio mexicano’, que a su vez, es el que les provoca cierto escozor en contra de los nacidos en el país del mariachi.
Los conflictos que llegaron a darse entre las pandillas de mexicanos y las de centroamericanos en las décadas de los 80 y 90 en ciudades norteamericanas como Los Ángeles dejaron tatuada su huella en la relación, hasta nuestros días, entre estos dos grupos.
Pero si de rivalidad hablamos, cómo no mencionar la que se da en el terreno del futbol, donde ganarle a México es como si los centroamericanos ganaran la copa mundial.
Entonces, ¿en lo laboral le va mejor al mexicano?
“Sí porque debido al ingenio mexicano, que ya es casi como un mito, siempre buscan cómo hacer las cosas, siempre queriendo ganar y mostrar que él es muy afanoso y logra más que los otros. Gracias a tácticas que tienen se les abren más puertas y así construyen más redes de apoyo. El centroamericano no necesariamente tiene esa fortaleza de redes”, asegura el doctor Alberto Hernández Hernández.
¿La mexicana, es la cultura hispana dominante?
El que los centroamericanos perciban a los mexicanos de esta forma provoca, según Hernández Hernández, que vean a la mexicana “como la cultura hispana dominante y la centroamericana estuviera en un papel de menos visibilidad”.
Agrega que “la cultura mexicana es expansiva, la gastronomía mexicana es muy visible, igual que los frutos mexicanos, y finalmente lo que el centroamericano puede mostrar es muy limitado; es decir, en términos (de impacto cultural) la diferencia es fuerte”.
‘¡Al mundial no vamos, pero a México le ganamos!’
Hernández Hernández considera que todo esto “se expresa muy claramente en el tema del futbol, es ahí donde se descargan las frustraciones de los centroamericanos contra los mexicanos. No hay más que ver los partidos de futbol en los Ángeles o en cualquier parte de California, donde se dan fuertes enfrentamientos entre México y Honduras o México y El Salvador”.
Aquí, el presidente del Colef trae a la memoria un pasaje futbolero de la última década del siglo XX. “No podemos olvidar aquella frase, que sí es histórica, de un partido de futbol entre El Salvador y México, que decía: Al mundial no vamos pero a México le ganamos. Y eso es un reflejo del resentimiento que existe hacia los mexicanos, es decir la descarga contra el otro aparece como una cuestión extrema”.
Y hace otro apunte: “Es ahí donde vemos que existe esto que algunos podrían ver como odio, yo creo que es más resentimiento entre estos dos grupos”.
Esta opinión la comparte el investigador Porraz Gómez, quien asegura que en el tema del futbol “hay una hostilidad tremenda” y da algunos motivos:
“Porque hay un sentimiento supernacionalista. Y ahí es donde se refleja mucho, en el tema del futbol. Si Guatemala, Honduras, El Salvador le gana a México, no importa quién le gane de ellos, siempre se va a festejar como un triunfo centroamericano. Porque es el hermano mayor al que le puedes faltar a veces al respeto”, explica el Investigador de ECOSUR, Tapachula.
Fue un 4 de abril de 1993 cuando la rivalidad entre centroamericanos y mexicanos creció en el futbol
La famosa frase de orgullo futbolero de los centroamericanos contra los mexicanos (“Al Mundial no vamos, pero a México le ganamos”), nació en la eliminatoria rumbo a Estados Unidos 1994 en una visita de la selección azteca al temido Cuscatlán de El Salvador.
Aquel 4 de abril de 1993, México arrancaba su eliminatoria mundialista luego de no asistir a Italia 90 y la figura mexicana de aquel momento, Hugo Sánchez, había declarado en días previos que “ni por accidente perderemos en el Cuscatlán”. Pero la historia no sería como ‘Hugol’ la imaginaba.
La frase del mexicanó caló hondo entre la afición salvadoreña y desde días antes del partido ya habían posicionado su grito en los medios locales.
A 15 minutos del final del encuentro el marcador iba empatado a uno, pero dos minutos después el jugador William Renderos quedó solo frente al arquero Jorge Campos y perforó su meta para anotar el 2-1 definitivo.
Aquello se convertía en la primera victoria de El Salvador a México como local en un partido oficial por lo que las calles de San Salvador se llenaron de fiesta y de banderas mexicanas quemadas.
La profecía de ‘Hugol’ no se había cumplido, pero la de los salvadoreños sí, su selección perdió después cuatro encuentros consecutivos y no consiguió boleto para Estados Unidos: “Al Mundial no vamos, pero a México le ganamos”.
Hoy, aquella celebre frase se ha convertido en el grito de guerra para las selecciones de futbol centroamericanas, pues no importa quién de ellos le gane al ‘Gigante de América’ en términos futboleros, darán la vida en la cancha para vencer a México aunque los aztecas vayan al mundial y ellos no.
Los centroamericanos no se dejan
Por otra parte, el Dr. Iván Francisco Porraz Gómez destaca que “(en la frontera sur mexicana) la tensión más grande de los mexicanos es contra salvadoreños y hondureños. Como que con guatemaltecos es menos acá en la frontera sur, los guatemaltecos son vistos como que tienen una idea del buen migrante, del buen trabajador. Y no se ve tanto tampoco (conflicto de mexicanos) con los nicaragüenses”.
Enfatiza que la tensión de mexicanos con salvadoreños y hondureños se da por el trato que reciben muchos de ellos cuando pasan por México y por el tema del clasismo de parte de los nacidos en el país de los aztecas, pero añade otro factor:
“Y bueno, los hondureños y salvadoreños son de las personas que no se saben dejar y que siempre van a responder a las cosas que (les) hacen los mexicanos”, apunta Porraz Gómez y también da ejemplos:
“Yo en Tapachula he escuchado mucho el referirse a ellos con las referencias de las pandillas centroamericanas. Como la Mara Salvatrucha y el Barrio 18, diciendo: ‘ellos son mareros’, es lo que dice e imagina mucho la población de Tapachula (Chiapas), respecto a los territorios de Centroamérica, pero sobre todo respecto a hondureños y salvadoreños”, detalla el investigador de ECOSUR, Tapachula.
En sus viajes como investigador de las migraciones Porraz Gómez se ha encontrado con que “sí hay muchos espacios en El Salvador que no toleran a los mexicanos, porque a veces sí está todo este rencor del trato (que se les da cuando transitan por México)”.
Una parte de la población mexicana tacha a la mayoría de los centroamericanos como pandilleros
Tampoco se puede negar que una parte de los mexicanos de la frontera sur relacionan a los centroamericanos con la violencia.
“La hostilidad hacia hondureños y salvadoreños viene, la mayoría de las veces, de los agentes del Instituto Nacional de Migración (de México), pero también a veces de la sociedad local de la frontera sur. Esa parte de la sociedad adjudica mucho la inseguridad con la presencia de muchos centroamericanos, por el imaginario de las pandillas, como si todos fueran pandilleros”, señala el Dr. Porraz Gómez.
“Y conforme (los centroamericanos) van subiendo (acércandose más a la frontera norte de México) crece más la discriminación, por ejemplo en el centro o en el norte hay mayor discriminación hacia ellos. Y la discriminación es hacia la persona, hacia el cuerpo, por el color, hacia las personas morenas, prietos”, afirma.
Rivalidad entre centroamericanos
Lo que también es un hecho, es que igualmente hay rivalidad entre centroamericanos.
“Y entre los mismos centroamericanos también hay muchas diferencias. Cuando uno va a Centroamérica ve también cómo hay muchos imaginarios, producto de ese sentimiento nacionalista. Por ejemplo, mucho salvadoreño por tener dólar, se sienten como si fueran también los mestizos de la región respecto a Guatemala, que tiene población indigena, Honduras, pero El Salvador tiene muy poca población indigena”, explica Porraz Gómez y agrega:
“Y la comunidad salvadoreña es muy grande con respecto a la población general. Son más o menos 6 o 7 millones de salvadoreños en su país, pero en Estados Unidos más o menos hay un poco más de dos millones de salvadoreños”, expone el académico.
De acuerdo con el más reciente conteo de la Oficina del Censo en EU, en 2019 los salvadoreños eran mayoría entre los 5 millones 927 mil 456 centroamericanos radicados en Estados Unidos con 2 millones 311 mil 574.
Les siguen los guatemaltecos con 1 millón 683 mil 093, los hondureños con 1 millón 083 mil 540, y los nicaragüenses con 429 mil 501.
En tanto, de los 60 millones 481 mil 746 hispanos o latinos que hasta el 2019 registraba la Oficina del Censo de EU en aquel país, 37 millones 186 mil 361 personas eran de origen mexicano.
Es decir, la cifra incluye a los migrantes que residen en Estados Unidos y a los ciudadanos americanos que en el conteo se identificaron como de origen mexicano.
Esto representa más del 61 por ciento del total de latinos en la Unión Americana y más del 11 por ciento de la población total de Estados Unidos que es de 331 millones 449 mil 281 de habitantes.
Aquí hay otro punto de coincidencia entre los investigadores.
“Sí hay disputas, son históricas, y hasta por cuestiones de territorio y fronteras. Un salvadoreño no ve bien a un hondureño y un guatemalteco no ve bien a un salvadoreño. Entre ellos hay una rivalidad, no hay unión. No hay una identidad como centroamericanos, hay una identidad por país”, considera Alberto Hernández Hernández.
¿Y cuál es la repercusión de estas problemáticas locales entre centroamericanos al momento de estar en la Unión Americana?
“Sí, lo que vemos en Estados Unidos es la expresión de lo que está presente en la vida cotidiana de los habitantes de esos países centroamericanos. Ha habido guerras, disputas territoriales entre ellos, conflictos y recelos”, resalta Hernández Hernández.
Ahora, el Dr. Rafael Hernández López aporta más elementos para tratar de entender la vida de un centroamericano en Estados Unidos.
“Al final se vuelve un espacio de soporte y de reciprocidad entre las personas comunes. La nacionalidad funciona como mecanismo articulador, pero si lo analizas más a fondo puedes ver que también dentro del grupo de centroamericanos hay estas diferencias por nacionalidades, o dentro de los salvadoreños hay diferencias entre el que llegó como desplazado, el que llegó como migrante económico, o el que es de tal región”, precisa.
Lo que Hernández López considera es que estas tensiones van a estar presentes en todo momento.
“Por temas laborales, sociales o incluso temas históricos, personas que acarrean conflictos que tuvieron hace 20 años en su comunidad por determinada circunstancia y los vienen cargando. Siguen siendo salvadoreños, pero hay factores en el interior del grupo que generan estas confrontaciones”, detalla y agrega:
“Al interior de esos mismos grupos hay dinámicas de poder de desigualdad, de acceso a privilegios o a derechos que terminan haciendo dinámica esta relación y el tipo de respuestas va a ser muy diferente”, afirma Hernández López.
En suma, concluye el profesor-investigador del Colef, “estas tensiones no son lineales ni funcionan siempre, ni definen la relación de estos grupos per se. A lo mejor en lo general hay cierta tensión, pero en lo particular hay mucha gente que tiene muy buena relación con los mexicanos. Conozco muchos casos de centroamericanos casadas con mexicanos. Esas tensiones no son de una vez y para siempre”, asegura. (Tercera de tres partes).
Te invitamos a leer la primera y segunda parte de este artículo.
Si tienes una situación migratoria complicada y quieres resolverla con alguien de confianza, con experiencia y paciencia, no dudes en agendar una cita con el equipo de la abogada Erika Jurado. ¡Nos enfocamos en todo tipo de casos migratorios y tenemos licencia para trabajar en todos los Estados Unidos!
No te pierdas nuestros videos y los artículos de nuestro blog para que siempre estés al día con lo último en noticias de inmigración.