Aunque a muchos les parezca increíble, muchos mexicanos y latinos sin documentos regresan a sus países de origen para estar con sus familias y seres queridos.
Regresan mexicanos y latinos a sus países de origen para estar con sus familias
“En agosto de 2021, más de tres décadas después de escabullirse por la frontera sur cuando eran adultos jóvenes para trabajar y mantener a sus familias en México, Irma y Javier Hernández se registraron en el aeropuerto La Guardia para tomar un vuelo de ida desde Nueva York a Oaxaca. Dejaban atrás a cuatro hijos estadounidenses, trabajos estables donde eran empleados valiosos y un país al que habían llegado a amar”, señala Miriam Jordan en un artículo publicado el 1 de marzo en The New York Times.
“Pero después de años de vivir en los Estados Unidos sin estatus legal, la pareja decidió que era hora de regresar a su tierra natal. La madre de la Sra. Hernández tenía 91 años y temían que pudiera morir, como lo hicieron el padre y los suegros de la Sra. Hernández, antes de volver a verse. Con ahorros en dólares, habían construido una casita, donde podían vivir, y habían invertido en una tortillería, que podían administrar. Sus hijos, ahora adultos jóvenes, podían valerse por sí mismos”, apunta.
“Solo Dios sabe lo duro que trabajamos día tras día en Nueva York. Todavía somos lo suficientemente jóvenes como para haber podido seguir allí, pero finalmente tomamos la difícil decisión de regresar”, le dijo la Sra. Hernández, de 57 años a la periodista.
“Los Hernández son parte de una ola de inmigrantes que han estado saliendo de los Estados Unidos y regresando a sus países de origen en los últimos años, a menudo después de pasar la mayor parte de sus vidas trabajando duro como trabajadores indocumentados. Algunos de ellos nunca tuvieron la intención de permanecer en los Estados Unidos, pero dijeron que el costo y el peligro de cruzar la frontera los mantuvieron aquí una vez que llegaron, y construyeron vidas. Ahora, de mediana edad y todavía sin discapacidad, muchos están haciendo una migración inversa”, explica Jordan.
Inmigrantes en EU generan el 36 por ciento de la innovación del país
Y los inmigrantes llegados a Estados Unidos han aportado mucho a la economía de ese país, como lo demuestra el dato de que ellos generan el 36 por ciento de la innovación del país, según un estudio.
Un análisis de la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER por sus siglas en inglés) afirma que los inmigrantes innovadores en Estados Unidos son “considerablemente más prolíficos que los científicos nacidos en el país.
“Aproximadamente el 36% de la productividad en innovación de los últimos 30 años es atribuible a los inmigrantes, que constituyen el 16% de los innovadores de EE.UU., según las conclusiones de este estudio. Los innovadores foráneos están directamente implicados en un 25% de todas las patentes, y su trabajo contribuye también de manera indirecta a los descubrimientos de los científicos estadounidenses”, destaca información de Bloomberg publicada en diciembre de 2022.
“Según los autores, liderados por Shai Bernstein, un economista de la Harvard Business School, “más de un 33% de la innovación estadounidense puede adjudicarse a esta procedencia, subrayando la relevancia de la diversidad, de la asociación de los investigadores con diversos conocimientos y procedencias para hacer avanzar los límites de la innovación”, añade Bloomberg.
“Entre los criterios de medición utilizados por los investigadores figuran la cantidad de patentes y la valoración económica de las patentes a partir de 1990. La aportación de los inmigrantes muy especializados es variada (no se encuentra concentrada en sectores específicos), aunque suponen una parte significativa de los productos innovadores en los sectores tecnológico, médico y químico, indica dicho estudio”, señala la agencia.
Bloomberg explica que el análisis encuentra que los inventores nacidos en el extranjero tienden a tener más colaboradores que los científicos nativos y que es más probable que trabajen con otros inmigrantes.
“Estos inventores parecen facilitar la importación de conocimiento extranjero a los EE.UU., con inventores inmigrantes que dependen más de tecnologías extranjeras y colaboran más con inventores extranjeros, escribieron los autores”, expone Bloomberg.
Otra información relevante que aporta Bloomberg es que “la inmigración se recuperó en 2022 después de dos años de restricciones y retrasos en las visas debido a la crisis de Covid-19. La pandemia aceleró el declive que comenzó con el ex presidente Donald Trump, y la falta de inmigrantes es uno de los factores que contribuyen a la escasez en el mercado laboral actual”.
“Incluso con la afluencia reciente, hay alrededor de 1.7 millones de inmigrantes en edad laboral viviendo en los EE.UU. de los que habría habido si la inmigración hubiera continuado al ritmo anterior a 2020, según muestra una investigación separada. Alrededor de 600.000 de esos inmigrantes que no están habrían tenido educación universitaria”, destaca igualmente.
“Las salidas se han acelerado”
Pero quienes tampoco ya no están, como ya decíamos, son los Hernández, quienes regresaron a su estado natal, Oaxaca.
Y muchos de sus paisanos mexicanos, “que representan la migración más grande y transformadora a los Estados Unidos en la historia moderna, comenzaron un regreso gradual hace más de una década, con mejoras en la economía mexicana y menores oportunidades laborales en los Estados Unidos durante la última recesión”, indica Jordan en el Times.
“Pero las salidas se han acelerado recientemente, comenzando con medidas enérgicas contra los inmigrantes bajo la administración de Trump y continuando bajo el presidente Biden, ya que muchas personas mayores deciden que han logrado sus objetivos originales para inmigrar y pueden darse el lujo de cambiar el trabajo a menudo agotador disponible para los trabajadores indocumentados por un trabajo más lento en su país de origen”, detalla.
“Sus partidas son uno de los muchos factores que han ayudado a mantener relativamente estable el número total de inmigrantes indocumentados en el país, a pesar de una avalancha de detenciones de inmigrantes en la frontera sur que llegó a dos millones el año pasado”, señala también.
Robert Warren, miembro visitante sénior del Centro de Estudios de Migración, le dijo a Jordan que “es un mito que todo el mundo viene aquí y nadie se va nunca”.
Warren, expone la información del Times, es uno de varios demógrafos, incluidos académicos de la Universidad de Emory, la Universidad de Princeton y la Universidad de California en Los Ángeles, que han estado documentando la tendencia:
“Hay mucha gente que se va del país y se va voluntariamente”, agregó Warren para el Times.
“La población indocumentada actual se ha mantenido relativamente constante en alrededor de 10,2 millones durante los últimos años después de alcanzar un máximo de casi 12 millones en 2008, incluso con la gran cantidad de recién llegados a la frontera”, destaca también.
“Una orden sanitaria de emergencia adoptada para frenar la transmisión del coronavirus ha permitido a las autoridades fronterizas expulsar rápidamente a más de 2,5 millones de los recién llegados desde 2020; a cientos de miles de personas más se les ha permitido ingresar al país durante ese período. Pero un éxodo en gran parte voluntario de otros inmigrantes ha mantenido la población general relativamente estable, dicen los demógrafos. (Si bien las deportaciones se aceleraron bajo las administraciones de Obama y Trump, esos números eran demasiado pequeños para ser un factor significativo)”, apunta el Times.
“La cantidad de personas indocumentadas de alrededor de una docena de países, incluidos Polonia, Filipinas, Perú, Corea del Sur y Uruguay, disminuyó un 30 por ciento o más entre 2010 y 2020”, indica Jordan.
Regresan para reunirse con sus familias
A su vez, señala que “la población indocumentada de México, la principal fuente de inmigrantes a los Estados Unidos, se redujo a 4,4 millones de 6,6 millones durante ese período”.
Y destaca además que “se registraron descensos en todos los estados menos dos durante la década, cayendo un 49 por ciento en Nueva York; 40 por ciento en California, que perdió 815 mil mexicanos; 36 por ciento en Illinois; y 20 por ciento, o 267,000, en Texas. Los datos sugieren que esos residentes no se mudaron a otros estados sino que regresaron a sus países de origen, dijo Warren”.
“Rubén Hernández-León, sociólogo de la UCLA que ha realizado investigaciones de campo de mexicanos que han regresado a sus hogares, dijo que la razón principal que dieron las personas para irse de los Estados Unidos fue el deseo de reunirse con la familia”, señala.
También subraya que “la retórica antiinmigrante del expresidente Donald J. Trump, junto con las medidas enérgicas de su administración contra la inmigración ilegal, provocó una ansiedad que también llevó a algunas personas indocumentadas, especialmente a los mexicanos, a irse, dijo Hernández-León”.
“El regreso a la patria siempre ha caracterizado la migración México-Estados Unidos. Durante mucho tiempo, principalmente hombres solos viajaban de ida y vuelta entre sus pueblos y los Estados Unidos, ganando dólares durante estadías de meses. Esta migración circular dio un vuelco a principios de la década de 1990 cuando Estados Unidos introdujo una serie de políticas para fortalecer la frontera, erigiendo barreras y desplegando más agentes”, recalca también.
Asimismo, indica que “las restricciones fronterizas resultaron contraproducentes. Después de enfrentar riesgos y pagar a los contrabandistas para cruzar la frontera, los trabajadores indocumentados se quedaron en Estados Unidos, en lugar de ir y venir”.
Vuelven a su país y hasta pueden jubilarse allá
Douglas S. Massey, un académico de inmigración en Princeton, le dijo al Times que “la mayoría de ellos nunca quisieron quedarse. Atascamos las obras cuando militarizamos la frontera”, y que “pasaban más y más tiempo y tenían familias”.
Massey agregó que “los datos del censo sugieren que (ahora) muchos de ellos eligen irse a casa”, que “si tienen ahorros y una casa en México, pueden jubilarse allá”, y que “sus hijos nacidos en los Estados Unidos ahora tienen la edad suficiente para cuidar de sí mismos y pueden ir y venir de visita”.
Por cierto, te recomendamos un artículo publicado en este Blog de la abogada de inmigración, Erika Jurado, que habla precisamente sobre las opciones que tienen los paisanos mexicanos para jubilarse en su país.
La historia de los Hernández contada por el Times
Fue en 1987 cuando la señora Hernández dejó su natal Oaxaca.
“En Nueva York, se instaló en trabajos de niñera con familias en Manhattan y envió dinero a casa. Se enamoró de Javier, un compatriota oaxaqueño que había emigrado por la misma época y estaba aprendiendo el arte de hacer pizza. Se casaron y su primera hija, Jennifer, nació en 1992”, cuenta el Times.
“Sin estatus legal y con la frontera cada vez más bloqueada, los Hernández no podían arriesgarse a salir de Estados Unidos. Los padres del Sr. Hernández fallecieron y él los lloró desde lejos, sin poder asistir a sus funerales. El padre de la Sra. Hernández murió”, relata también.
“El último programa de amnistía aprobado por el Congreso en 1986 permitió que 2.3 millones de mexicanos legalizaran su estatus. Desde entonces, los demócratas y los republicanos no han logrado llegar a un consenso sobre otro proyecto de ley de reforma migratoria una y otra vez”, señala la información de Jordan.
“Para el Sr. y la Sra. Hernández, los años en los Estados Unidos se convirtieron en décadas. En el camino, la pareja tuvo un hijo y luego un par de gemelos”, añade.
“Cuando cumplió 21 años, Jennifer pudo patrocinar a sus padres para obtener tarjetas de residencia, pero rápidamente se dieron cuenta de que era un proceso que tardaría más de una década en completarse”, expone.
Jennifer le dijo al Times que “comenzamos a tener esta conversación realmente seria sobre que ellos regresarían para que mi madre pudiera tener tiempo con su madre antes de que falleciera”.
Y luego de comenzar a hablar sobre el tema, un año después los Hernández hacían el viaje a México.
“Los cuatro hijos de Hernández se unieron a sus padres en el avión a Oaxaca, y después de instalarse en la casa allí, todos tomaron sus primeras vacaciones en familia, una semana en una playa mexicana. Luego, los niños abordaron un vuelo de regreso a los Estados Unidos”, indica Jordan.
Jennifer también le contó al Times que “lloramos todo el camino a Nueva York. Ha pasado un año y medio, y todavía es muy difícil”.
“La Sra. Hernández dijo que todavía esperaba regresar a Nueva York algún día, al menos para visitas prolongadas, si Jennifer finalmente puede obtener tarjetas de residencia para la pareja”, agrega.
Y la madre de Jennifer agregó que “tengo a mis hijos allí, y algún día tendrán hijos. Querré cuidar a mis nietos”.
El 50% de los hispanos en EU tienen casa propia
Por otro lado, más del 50 por ciento de los hispanos en Estados Unidos son propietarios de vivienda.
Así lo asegura Bloomberg en una nota de Alex Tanzi publicada a inicios de este mes en la que indica que esto se debe sobre todo a la dinámica demográfica y al incremento de sus ingresos.
“De acuerdo con un estudio de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios, el porcentaje de propietarios en este grupo ha subido 4% en los últimos 10 años, hasta sobrepasar el 50%. Esto supone casi tres millones más de hispanos propietarios de una vivienda en 2021 que en 2011”, expone la agencia de noticias.
“El porcentaje correspondiente a los hispanos sigue siendo muy inferior a la media nacional (65.5%) y al de los ciudadanos de Estados Unidos blancos (72.7%). Tener una vivienda propia es un elemento fundamental para acumular patrimonio a lo largo de la vida. La menor cuota de propietarios entre estos grupos minoritarios, que con frecuencia se hallan ante disparidades de índole racial en el ámbito hipotecario, ha contribuido al aumento de las desigualdades a lo largo de generaciones en Estados Unidos”, señala.
También informa que el aumento en la cifra de hispanos propietarios de vivienda se vio favorecido parcialmente por el mayor número de personas en edad de comprar una casa.
“Los consumidores hispanos cuentan con un mayor nivel de renta que ningún otro grupo, indica también el informe de la Agencia Nacional de la Propiedad Inmobiliaria (NAR, por sus siglas en inglés). Tienen menos edad que los compradores blancos y negros, y son más proclives a estar ya casados y a legir una residencia multigeneracional con una superficie más grande.
Bloomberg puntualiza que se calcula que para el 2030, el 56 por ciento de todos los nuevos propietarios de casas en EU serán hispanos, de acuerdo con un informe de Freddie Mac.
“La mitad de los compradores de viviendas hispanos tienen al menos una maestría o un título profesional, una proporciónmayor que cualquier otra persona, según el informe de la NAR. Alrededor del 70% tiene al menos dos personas que generan ingresos en el hogar, también más altos que los otros grupos demográficos”, apunta.
“La Oficina del Censo de EE.UU. también descubrió recientemente que el ingreso medio de los hogares hispanos era un 12% más alto de lo que se había calculado anteriormente, según una investigación novedosa. Si esta medida experimental se mantuviera, podría haber ayudado a algunos a pagar una casa”, explica.
Y por último detalla que “la tasa de propiedad de vivienda para los hispanoamericanos varía ampliamente según el estado en el informe NAR. Los más altos están en Virginia Occidental, Nuevo México y Vermont.
Con información de The New York Times y dos notas de Bloomberg.
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