Entre el 30 de junio y el 7 de julio el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS por sus siglas en inglés) dará la bienvenida a más de 5 mil 500 nuevos ciudadanos estadounidenses a través de 180 ceremonias de naturalización.
Habrá 5,500 nuevos ciudadanos estadounidenses más para el 7 de julio
En el año fiscal 2022, USCIS dio la bienvenida a 974,000 nuevos ciudadanos estadounidenses y para celebrar el Día de la Independencia de este año se sumarán 588 mil 900 nuevos ciudadanos estadounidenses a los que USCIS naturalizó en lo que va del año fiscal 2023.
“Promover la ciudadanía y hacer que el proceso de naturalización sea accesible para todos los que son elegibles son una hermosa extensión de muchos ideales que dieron origen a nuestra nación hace 247 años”, dijo la directora de USCIS, Ur M. Jaddou.
Los 3 mitos sobre la inmigración en Estados Unidos
Desde su fundación, Estados Unidos ha sido una sociedad diversa con grandes comunidades de inmigrantes, pero para la terapeuta Abril Nisan Ilkmen “la migración es un tema debatido activamente pero poco comprendido, y gran parte del pensamiento convencional y la retórica política sobre la migración se basan en mitos, más que en hechos”.
Así lo afirma en su artículo “3 mitos sobre la inmigración en Estados Unidos” publicado la semana pasada en The Conversation y subraya que “por estas razones, las políticas migratorias y las estrategias para facilitar la aculturación –que se refiere al proceso psicológico de asimilación a una nueva cultura– suelen resultar ineficaces”.
Al trabajar con poblaciones inmigrantes en su labor como terapeuta familiar, Nisan Ilkmen ha podido identificar tres mitos principales: 1. Los inmigrantes no quieren aprender inglés; 2. Los inmigrantes no tienen educación; y 3. La mejor manera de adaptarse es abrazar la cultura estadounidense.
En su análisis, y referente el mito número 1, destaca que “mientras que la población de los EE. UU. representa alrededor del 5% de la población mundial total, cerca del 20% de todos los migrantes globales residen allí. Un número abrumador de estos inmigrantes están aprendiendo inglés, a pesar de la percepción pública de lo contrario”.
“Los inmigrantes y sus hijos aprenden inglés hoy al mismo ritmo que los italianos, alemanes y europeos del este que emigraron a principios del siglo XIX. Según datos del censo de EE. UU. , los inmigrantes adultos informan tener mejores habilidades en inglés cuanto más tiempo han vivido en los EE. UU. Y de 2009 a 2019, el porcentaje que podía hablar inglés “muy bien” aumentó del 57% al 62% entre los inmigrantes de primera generación”, indica Nisan Ilkmen.
Los inmigrantes no tienen educación
“Contrariamente a la creencia popular de que los inmigrantes que se mudan a los EE. UU. tienen una educación mínima , muchos de ellos tienen una buena educación. Durante los últimos cinco años, el 48% de los inmigrantes que llegaron han sido clasificados como altamente calificados, es decir, tienen una licenciatura o un posgrado . En comparación, sólo el 33% de los nacidos en los EE. UU. tienen una licenciatura o un título superior”, revela.
“Además, la búsqueda de educación superior es valorada y fomentada en las comunidades de inmigrantes, en particular las que llegaron de sociedades colectivistas, que son comunes en los países del sur de Asia. Eso no significa que los inmigrantes altamente educados puedan deslizarse fácilmente hacia trabajos bien remunerados. Muchos de ellos se encuentran trabajando en trabajos de baja categoría que no requieren un título, y el subempleo entre los inmigrantes altamente educados sigue siendo un problema”, resalta igualmente.
Los inmigrantes han iniciado más de la mitad de las nuevas empresas de Estados Unidos valoradas en mil millones de dólares o más
Para reafirmar esta postura, basta conocer que “los inmigrantes han iniciado más de la mitad (55%) de las nuevas empresas de Estados Unidos valoradas en mil millones de dólares o más, y casi dos tercios (64%) de las empresas privadas de mil millones de dólares estadounidenses (unicornios) fueron fundadas o cofundadas por inmigrantes o hijos de inmigrantes, según la Fundación Nacional para la Política Estadounidense”, indica el reporte de Rohit Arora publicado en Forbes.
“Además, casi el 80% de los unicornios de Estados Unidos tienen un inmigrante en un rol de liderazgo clave, como fundador, director ejecutivo o vicepresidente de ingeniería. La investigación de la Administración de Pequeños Negocios de EE. UU. (SBA, por sus siglas en inglés) informa que los propietarios inmigrantes comprenden aproximadamente el 18 % de los propietarios de empresas con empleados y casi el 23 % de los propietarios de empresas sin empleados (emprendedores independientes)”, añade.
Y señala que “las empresas propiedad de inmigrantes se encuentran en todos los sectores de la economía estadounidense. Los servicios de alojamiento y alimentación tenían la mayor proporción de propietarios de empresas inmigrantes con un 36,8 %, mientras que el transporte y el almacenamiento tenían la mayor proporción de propietarios de empresas inmigrantes que no eran empleadores con un 46%”.
“Este 4 de julio, se llevarán a cabo ceremonias de naturalización en todo Estados Unidos, desde Boston hasta Seattle. Dentro de unos años, algunos de estos ciudadanos naturalizados pueden ser los jefes de corporaciones multimillonarias. Llegarán allí debido a su deseo, adaptabilidad, experiencia y visión para los negocios. De hecho, la economía estadounidense prospera, en parte, gracias a las contribuciones de millones de empresarios inmigrantes”, destaca Rohit Arora.
La mejor manera de adaptarse
“Durante décadas, los estudios de aculturación han resaltado la importancia de que los inmigrantes adopten la cultura estadounidense. Los formuladores de políticas, terapeutas y educadores que ofrecieron servicios a los inmigrantes se adhirieron a una comprensión limitada de la aculturación, que alentaba a los inmigrantes a adaptarse a su país de acogida al separarse de la cultura de sus países de origen”, advierte Nisan Ilkmen en su análisis.
Agrega también que “luego, en 1987, el psicólogo John Berry propuso un modelo de aculturación que esbozaba nuevas estrategias. Según Berry, los inmigrantes deben esforzarse por conservar elementos de su identidad cultural original y, al mismo tiempo, adoptar una nueva identidad cultural que se incorpore a la cultura y los valores estadounidenses”.
“Hoy en día, el modelo de Berry es el más utilizado para entender la aculturación. Los avances tecnológicos han hecho que sea mucho más fácil para los inmigrantes mantener lazos con su cultura original, (pero) los inmigrantes suelen estar expuestos a nuevos conjuntos de prejuicios y sesgos, y temen no poder acceder a servicios como la atención médica y la educación”, resalta.
“Este miedo refuerza la necesidad de asimilarse a los valores de la cultura dominante, que, en Estados Unidos, incluye principios individualistas como la independencia, y reprimir sus propios valores culturales, como la orientación familiar. Es esencialmente una estrategia de autoprotección. En mi trabajo, descubrí que los inmigrantes que se involucraron en lo que se llama ‘inocuidad cultural’ (comportarse de maneras que pueden suavizar su expresión étnica y cultural) tuvieron más dificultades para adaptarse a su nuevo hogar”, subraya.
Y por último señala que “por esas razones, es crucial que los trabajadores sociales, terapeutas, maestros y legisladores que trabajan con familias inmigrantes se centren en las tensiones entre la aculturación, la identidad étnica y el bienestar”.
Por su parte, USCIS destacó, en este verano, la importancia de la educación cívica y la ciudadanía con una serie de eventos. La Temporada de Educación Cívica comenzó con una ceremonia especial en el Día Mundial de los Refugiados y terminará con el anuncio de las Becas de Ciudadanía e Integración del año fiscal 2023.
Con información de The Conversation y Forbes.
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