Bajo la administración de Donald Trump, iniciar un trámite de inmigración si alguien ya ha sido deportado o tiene una orden de deportación previa se ha vuelto más riesgoso que nunca.
Este contexto ha encendido las alarmas entre los inmigrantes que buscan regularizar su estatus, especialmente aquellos que enfrentan antecedentes en su historial migratorio.
El endurecimiento de las políticas de inmigración ha provocado que incluso los trámites más sencillos, como una petición familiar, puedan derivar en una revisión exhaustiva del expediente del solicitante.
Si en ese expediente aparece que alguien fue deportado anteriormente, o que tiene una orden pendiente, el caso puede escalar rápidamente hacia una detención, sin posibilidad de una nueva audiencia ante un juez.
Una de las situaciones más delicadas ocurre cuando una persona no acude a una audiencia en la corte de inmigración. Ya sea por miedo, por desconocimiento del proceso o por falta de asesoría legal, muchos inmigrantes han perdido la oportunidad de comparecer ante un juez.
En estos casos, lo que sigue es una orden de deportación en ausencia. Y esa orden, aunque haya pasado el tiempo, no desaparece. Permanece vigente.
Sin derecho a una nueva audiencia
Esto significa que si esa persona es detenida más adelante, ya no tendrá derecho a una nueva audiencia para argumentar por qué debería quedarse en Estados Unidos. Inmigración simplemente ejecutará la orden, y el individuo será deportado sin derecho a defensa.
Lo más preocupante es que muchas personas no saben que tienen una orden de deportación activa. No recibieron notificaciones o cambiaron de domicilio sin actualizar su dirección con las autoridades. Por eso, cuando se acercan a iniciar un trámite con inmigración, lo hacen sin saber que están corriendo un riesgo muy alto.
Consejo
El mejor mensaje que puede dar un abogado especializado en inmigracion es que si fuiste deportado, si tuviste un proceso en la corte migratoria o si sospechas que tu caso podría estar en los archivos de inmigración, no inicies ningún trámite sin antes consultar con un profesional.
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Incluso algo tan aparentemente inocente como una petición de un familiar, puede activar una revisión del Departamento de Inmigración. Si encuentran un historial negativo, especialmente una deportación previa, pueden detenerte de inmediato.
En definitiva: no es suficiente con ir con un “llenapapeles” o un notario. Solo un abogado honesto puede revisar tu situación y decirte si estás en riesgo. Inmigración no perdona errores en estos casos.
Citas consulares con casos abiertos o cerrados administrativamente
Otra situación que se repite con frecuencia es la de personas que ya tienen todo aprobado para obtener su residencia permanente y solo les falta acudir a su cita en el consulado. Muchos están felices, seguros de que todo está en orden, pero no saben que hay un problema escondido en su historial con inmigración.
¿El problema? Haber estado alguna vez en la corte de inmigración.
Aunque el caso haya sido archivado o cerrado administrativamente, eso no significa que está resuelto. Hay una gran diferencia entre un caso terminado y un caso que solo fue suspendido temporalmente.
Un caso cerrado administrativamente es un caso “dormido”, no muerto. Y si la persona sale del país rumbo a su cita consular sin haber resuelto correctamente ese expediente, puede estar autodeportándose sin saberlo.
Inmigración puede interpretar esa salida como una renuncia al proceso y, si hay una orden de deportación en el expediente, puede aplicar castigos severos.
Los más comunes son:
- Cinco años fuera del país si hay una deportación en ausencia.
- Diez años si se acumuló presencia ilegal.
- Veinte años si hubo múltiples deportaciones.
- Castigo permanente en casos agravantes.
Estos castigos aplican incluso si ya se tiene aprobado un perdón provisional. Salir sin resolver lo pendiente con inmigración puede anular todo lo avanzado.

Por eso, antes de salir del país para asistir a la cita consular, es indispensable revisar los récords migratorios. Esto se puede hacer solicitando un FOIA (Freedom of Information Act), que permite acceder al historial con Inmigración, incluyendo órdenes de deportación, cierres administrativos y casos activos.
Si aparece cualquier alerta, es urgente acudir con un abogado de inmigración. Las opciones varían:
- Reapertura del caso, en algunos casos con apoyo del gobierno mediante una moción conjunta con ICE.
- Terminación del caso ante el juez, algo que no es sencillo, ya que ICE no siempre coopera.
- Salida voluntaria, que evita algunos castigos, pero debe hacerse dentro de los plazos establecidos.
El consejo principal es que si alguna vez fuiste deportado o estuviste en corte de inmigración, no salgas a tu cita consular sin haber cerrado correctamente ese capítulo.
El riesgo oculto del examen médico
Hay otro factor que muchos inmigrantes pasan por alto al iniciar su trámite de residencia: el examen médico.
Aunque puede parecer una formalidad, el examen médico exigido por inmigración puede convertirse en una trampa si la persona ha consumido drogas, incluso si fue solo una vez.

USCIS y los consulados no piden exámenes toxicológicos de rutina. El médico autorizado por inmigración no hará una prueba de orina o sangre a menos que tenga razones clínicas para hacerlo. Sin embargo, sí hará preguntas directas sobre el consumo de sustancias.
Admitir haber usado drogas ilegales, como marihuana o cocaína, puede ser suficiente para que inmigración te declare inadmisible. Ni siquiera es necesario haber sido arrestado o condenado.
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Si el médico detecta señales físicas o psicológicas de abuso, puede remitir al solicitante a un especialista. Ese especialista podría ordenar exámenes más profundos y, si encuentra evidencia de uso habitual o adicción, inmigración puede rechazar la solicitud.
Además, si se miente al médico y luego se descubre la verdad, la consecuencia puede ser peor. Inmigración podría acusar de fraude, lo que complica el caso aún más.
Este es uno de los errores más comunes entre quienes buscan la residencia: pensar que lo pueden manejar solos o que no es grave haber usado una droga una sola vez. Pero inmigración no toma estos temas a la ligera.
Inmigración mira todo
La ley migratoria se rige por el sistema federal, y allí la marihuana sigue siendo ilegal. Incluso si la persona vive en un estado donde su consumo es legal, Inmigración puede usar esa admisión como motivo de inadmisibilidad.
Trabajar en la industria del cannabis, aunque sea legal a nivel estatal, también puede representar un problema ante inmigración.
Y si se trata de drogas más fuertes, como metanfetaminas o cocaína, las consecuencias pueden ser permanentes.
Es por eso que, antes del examen médico, es fundamental hablar con un abogado de inmigración. Un profesional podrá ayudar a preparar la entrevista, identificar riesgos y buscar soluciones si ya hubo consumo.
No lo enfrentes solo
Si fuiste deportado, si tuviste un caso en corte de inmigración o si consumiste drogas alguna vez, debes saber que cualquier trámite con inmigración puede representar un riesgo real.
La recomendación es que no hagas trámites migratorios sin asesoría legal. No confíes en notarios ni en llenadores de formularios. Solo un abogado especializado puede analizar tu situación completa y evitar que pierdas la oportunidad de regularizarte.

Cada día, inmigración procesa miles de solicitudes. Y cada día, muchas personas son detenidas o declaradas inadmisibles porque no cerraron bien su caso o porque subestimaron los riesgos.
Si estás en un proceso con inmigración y alguna vez fuiste deportado, lo más importante es detenerte, revisar y consultar. Es la única manera de proteger tu futuro y el de tu familia.
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